De niño Georges Remí, Hergé, solo se portaba bien cuando tenía un lápiz entre las manos, una actitud que ya definió lo que años después sería, el creador de uno de los mayores iconos del siglo XX, Tintín, ese reportero que recorrió el mundo y de cuya mano ahora pisa por primera vez Madrid.
Aunque inevitablemente es este «huérfano libre», según lo definió el propio Remí, el que llevará al visitante por la exposición Hergé, el protagonista es su creador, el hombre que eligió la viñeta antes que la pintura, su otra gran pasión que volcó en las historias de este periodista que han sido traducidas a cerca de 130 lenguas y dialectos.
Esta muestra que acoge el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 19 de febrero de 2023 pone de manifiesto que el joven de flequillo rubio se ha convertido en un icono que traspasa fronteras y lenguas. Porque si algo demostró Hergé es que, según destacan en la muestra organizada por Sold Out, el «extranjero era amigo», y así lo dejó claro en todos los viajes que desde 1929 vivió a lo largo del mundo el reportero y su perro Milú.
El perfil de Tintín es reconocible a simple vista hasta para quienes no han leído sus viñetas - Foto: J. Lizón (EFE)En palabras de Nick Rodwell, administrador de la empresa que gestiona los derechos de la obra del artista, Moulinsart S.A, lo que se ve en esta exposición es solo el 10 por ciento de los fondos que tienen en el Museo Hergé (Bélgica), y lo único que ha salido de sus paredes con destino Madrid es el retrato que le hizo Andy Warhol en 1977. Lo que pone también de manifiesto la faceta de coleccionista del belga (1907-1983).
En concreto, la muestra reúne más de 300 piezas originales del universo de Hergé entre las que se encuentran ilustraciones, planchas, primeras ediciones, bocetos, estudios, así como maquetas o lienzos propiedad del artista como La catedral de Rouen de Roy Lichtenstein.
Pero con el objetivo de mostrar quién era Hergé, la exposición -que arrancó en París en 2015 y ha pasado por Quebec, Odense, Seúl, Shanghái y Lisboa- se detiene también en su faceta de publicista, de pintor, y de referencia para otros artistas del siglo XX. Según reconoció igualmente Rodwell, cuando esta muestra viajó a Shanghái no se llevó el montaje que sí se puede ver en Madrid: un muro con todas las portadas de Tintín y que en el centro tiene el ejemplar de Tintín en el Tibet con una «cruz roja china» que lo «asfixia». «Intentamos ser inteligentes», matizó.
Un curioso detalle de la muestra que se podrá descubrir hasta el próximo mes de febrero. - Foto: J. Lizón (EFE)a 70 pesetas de entonces. Aunque fue el 10 de enero del año 1929 cuando apareció la primera aventura de Hergé, Tintín en el país de los Soviets, sus trabajos no llegaron a España hasta 30 años más tarde y de forma un tanto «desordenada».
Fue en 1964 cuando se publicó en formato álbum de tapa blanda a un precio de 70 pesetas, «una apuesta arriesgada» que dio frutos porque abrió paso al álbum de tapa dura, hasta este momento no utilizado en España.
Así lo explicó Juan Manuel Soldevilla, el escritor y tintinófilo que resalta las «dimensiones» de este protagonista de «talento extraordinario», que siempre tuvo en su despacho un cuadro de Miró: «El rostro de Tintín es un óvalo, es una abstracción pura».
Pero, ¿pasó Tintín por España?, pues aunque no la pisó en momento alguno, Hergé sí que lo puso a navegar muy cerca de las Islas Canarias en Tintín en el Congo, un cómic que en España ya han leído más de tres generaciones y detrás de eso «solo puede haber un genio», resaltó.
Hergé, el «genio», se ha convertido también en uno de los protagonistas de las subastas que persiguen afamados coleccionistas, ya que algunas de las planchas de sus historias han alcanzado los 2,5 millones de euros.