A las 21:10 de la noche de ayer día 31 de marzo había en el Servicio de Urgencias del Hospital General 119 pacientes, según datos del Mambrino, facilitados a este diario por profesionales sanitarios de este Servicio. De ellos, 41 enfermos con disnea respiratoria y por tanto síntomas de Covid-19 esperaban en los pasillos de este área o en la zona de camillas, pendientes de que les dieran cama en planta, otros 21 estaban ingresados y localizados en la sala de pacientes con coronavirus habilitada en la sala de espera de Urgencias, también a la espera de cama en planta; otros 16 más permanecían ingresados en la entreplanta (donde se ha habilitado otra sala para pacientes con Covid-19 en lo que antes era la sala de espera de familiares de pacientes ingresados en UCI).

Estos datos que son reales muestran la realidad que se vive en las últimas semanas en el Servicio de Urgencias del Hospital General, donde están al límite de capacidad y donde los profesionales están en pie de guerra cansados de no contar con el respaldo necesario ni las medidas de protección suficientes para hacer su trabajo en las mínimas condiciones de calidad y atender a los pacientes con la profesionalidad y humanidad que se merecen. El vídeo grabado hace unos días y que se hizo viral en pocos minutos, saltando incluso a los medios televisivos nacionales, es buena prueba de que, esa situación no es un hecho puntual, de subida de la presión asistencial, como se empeñan en justificar las autoridades políticas sanitarias, sino el día a día de esta crisis sanitaria que vivimos, que cada día se cobra más víctimas y donde la gestión sanitaria deja mucho que desear, según afirman los profesionales de esta particular contienda.