El Villarrobledo fracasó en El Barranco del Lobo en su intento de dar caza al Conquense en la clasificación tras un partido que se saldó con una nueva derrota, la tercera en los cuatro últimos partidos, del equipo troyano. Pese a que los los anfitriones lo intentaron desde que se pusieron con el marcador en contra, le faltaron ideas para romper el buen orden táctico de su adversario, que logró una victoria justa considerando el cómputo general de los noventa minutos. 

El encuentro arrancó torcido para el equipo de José Luis Fuentes. Etxebe, el más listo de la clase, se adelantó a su par, De la Cruz, y al intento de Pablo Rodríguez de tapar y marcó el 0-1 al castigar la clara indecisión defensiva del cuadro troyano. Enrabietado, el Villarrobledo pudo hacer el empate de inmediato. Sin embargo, Raúl Bernabéu detuvo el lanzamiento de Álvaro Collado en el minuto trece. 

El juego dejó ver alternancias en ataque, con un conjunto villarrobledense que se apoyó mucho en la dirección de Biho, mientras el Conquense, bien plantado, creó problemas buscando la espalda de la zaga. Poco a poco el equipo de Fuentes fue imponiéndose en esa batalla de la medular y justo a la media hora Marcos Moreno perdonó el posible empate con una vaselina que acabó contra el palo. Sin embargo, esa acción no tuvo continuidad y los visitantes se llevaron la victoria parcial al descanso, tras una primera parte interesante y con destellos sobre todo de Biho e Iván Rubio. 

En el segundo tiempo el cuadro troyano se lanzó claramente a por el empate, aunque dejó más espacios y empezó a vivir en el filo de la navaja. En cuanto a ocasiones, la mejor de ese tramo inicial fue una generada por Serrano, con un servicio que Álvaro Collado mandó fuera por poco. 

En el minuto 63, el Villarrobledo se libró de encajar el segundo tanto en una falta lateral botada por Héctor Rubio y que mandó a la red Fuentes, aunque, según el asistente, estaba en situación de fuera de juego. Fue el preludio de una fase en la que arrancaron los cambios en ambos equipos, con la entrada de Míchel y De la Morena en un cuadro rojillo que empezó a jugar con más corazón que cabeza. 

Por momentos, el equipo de José Luis Fuentes encontró comodidad para dominar en el centro del campo. No obstante, se vio lastrado por la falta de precisión en el último toque. Mellado y Calero aparecieron en el campo en los minutos finales, sin aportar nada significativo para cambiar el curso de los acontecimientos. Así se murió un duelo que deja al Villarrobledo en tierra de nadie, en la mitad de la tabla, a ocho puntos de los puestos de privilegio, y a seis de su rival, el Conquense.