El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los datos de actividades de los alojamientos rurales españoles correspondientes al pasado mes de febrero, el que fue probablemente el último mes de normalidad para un importante sector como el turístico, que afronta ahora un incierto periodo de dificultades por la crisis que ha generado la pandemia del Covid-19.

Los empresarios hosteleros se preguntan cuándo se recobrará una cierta normalidad y si, en algún momento, las cosas volverán a ser igual para esta actividad económica que, en el caso de los establecimientos albacetenses, estaba inmersa en una continua tendencia al alza en los últimos años.

Mientras, de lo que puede analizarse de las cifras de febrero (un mes habitualmente de baja ocupación), destaca el hecho de que los alojamientos rurales de la provincia se mantienen en un nivel similar al de años anteriores, con un ligero descenso con respecto al segundo mes de 2019.

En concreto, esos establecimientos registraron 9.179 pernoctaciones, un descenso porcentual del 3,9% con respecto a las más de 9.700 estancias del mismo periodo de 2019. Esa había sido la mejor cifra histórica del sector albacetense para ese mes y cabe resaltar que la última cifra está por encima de todos los datos de la última década, a excepción del año pasado y de 2017, cuando fueron unas 9.400.

Mayor fue el descenso de viajeros, con una cifra de 4.304 visitantes alojados, un 10,6% menos que en febrero del año anterior. Con ello, la estancia media de los turistas rurales subió hasta situarse en 2,13 días.

Con esos guarismos, Albacete fue la provincia castellano-manchega con mayor número de estancias en alojamientos rurales, un lugar que ha ocupado habitualmente en las últimas estadísticas mensuales, con excepciones como la de enero, cuando la superó Guadalajara. En esta ocasión, fue la segunda más visitada, con 7.512 pernoctaciones, seguida de Cuenca (5.652), Ciudad Real (3.763) y Toledo (3.676).

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