Un joven niega que rompiera la nariz a otro de un puñetazo

Josechu Guillamón
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La Fiscalía solicitó para el procesado una pena de cuatro años de cárcel, como autor de un delito de lesiones con deformidad, y además pidió una indemnización de 15.625 euros para la víctima

Imagen del denunciante durante su declaración. - Foto: A. P.

Un joven negó ayer haber roto la nariz a otro de un puñetazo, en el juicio que se celebró contra él, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, un delito por el que se enfrenta a una pena de cuatro años de prisión. 

 La vista comenzó con la declaración del procesado, J.A.O.P., que explicó que la madrugada del 28 de julio de 2018 fue al baño de una conocida discoteca de Villarrobledo y que allí se encontró con el denunciante, que estaba en la puerta de los aseos. 

El acusado explicó que le pidió permiso para entrar porque no le dejaba pasar ni a él, ni a su amigo y señaló que fue el denunciante el que le empujó y le tiró contra la valla que había detrás, con lo que cayó al suelo. «No es cierto que yo le pegara un puñetazo. En ese momento vinieron los vigilantes y nos echaron a los dos. No se por qué me sacaron a mí. Él no sangraba».

El denunciante. A continuación declaró el denunciante, J.A.M.O., que explicó que él había acompañado a un amigo al servicio y que él le esperaba fuera, momento en el que le empujaron por detrás y él echó el brazo para atrás instintivamente sin saber quién le había empujado, con lo que puso su mano en el hombro del acusado, al que conocía de vista del colegio. 

 El denunciante comentó que se apartó unos metros de la puerta del baño y que le preguntó al amigo del acusado, R.F.O., que por qué le habían empujado, momento en el que, sin mediar palabra, el acusado le dio un puñetazo en la nariz, que le hizo caer de espaldas, tras lo cual el acusado se sentó sobre él.

En ese instante llegaron los vigilantes de seguridad, que echaron al acusado del local, mientras que él fue a limpiarse al baño, porque no paraba de sangrar. A continuación, le convencieron para que fuera al hospital, porque inicialmente él quería irse a su casa. Allí le colocaron la nariz, porque la tenía torcida.

El joven añadió además que actualmente tenía la nariz un poco torcida y que no respiraba bien por el lado izquierdo, pero que el médico le había recomendado no operarse porque no le podían asegurar que fuera a quedar mejor.

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