Cuando Zubkov firmó el gol del honor del Shakhtar, Carlo Ancelotti levantó aún más de lo normal la ceja izquierda. Como ha sucedido otras veces a lo largo de la temporada, el rival ha necesitado relativamente poco para marcar frente a la escasa producción blanca en relación a los intentos acometidos: los ucranianos lograron un tanto con tres tiros a puerta, 11 remates y 19 jugadas de ataque; el Real Madrid, dos con 13 tiros a puerta, 36 remates y 77 ataques. Cuatro días antes, Osasuna había asaltado el Bernabéu (1-1) con apenas dos disparos entre los tres palos (siete en total) frente a los cuatro y 22 del conjunto blanco. 

Pese a que los merengues han ganado 10 de los 11 partidos oficiales disputados en la 22/23, a que ya hay un título (Supercopa de Europa) en las vitrinas, al coliderato en la Liga y al placentero liderato en el grupo de Champions (cinco puntos sobre el propio Shakhtar), Ancelotti no está contento. «En el descanso hubo que dar un toque», dijo. Puede que la razón de la inquietud del técnico (y de buena parte del madridismo) esté en la extraña dificultad que han encontrado los blancos para cerrar los encuentros… y la facilidad con la que encajan: solo han dejado la puerta a cero en tres de los 11 jugados, ninguno de ellos en Liga.   

En España

En el torneo doméstico las diferencias son grandes. El Barça (un solo gol encajado, el que menos de Europa) ha dejado la puerta a cero en seis de los siete partidos; le siguen el Villarreal (dos recogidos, cinco duelos a cero) y el Athletic (cuatro y cuatro). Y con tres choques sin recibir gol hallamos a Atlético, Mallorca, Betis y Celta. Junto al Madrid, las escuadras que han recibido al menos un tanto en cada una de las siete jornadas son Elche, Sevilla, Almería y Girona. 

La zaga merengue 'secó' al Eintracht en la Supercopa, y al Leipzig y al Celtic en la Champions. Sin embargo, ha encajado un gol en todos los demás partidos, una estadística llamativa: únicamente 15 equipos de los 98 que disputan las cinco grandes ligas europeas han sido incapaces de dejar su portería a cero en lo que va de temporada, y 13 de ellos son clubes de zonas bajas de la clasificación. Solo el cuadro blanco está en la zona alta… y solo el Lille francés (18 goles recibidos en nueve jornadas) ocupa la parte media. 

Por ligas

En la Premier League, 18 de los 20 equipos han logrado anular al rival en al menos un encuentro. Los únicos en recoger el balón de las mallas en las ocho jornadas han sido Southampton (16º) y Leicester (19º). El City (nueve goles encajados y cuatro partidos a cero) lidera este apartado: es segundo en la clasificación tras el Arsenal (ocho concedidos, tres duelos sin encajar).

En la Bundesliga, solo uno de los 18 conjuntos ha encajado en las ocho jornadas: el Bochum (colista con cinco tantos a favor y 23 en contra). El sorprendente Friburgo, segundo tras el aún más sorprendente Unión Berlín, se ha quedado con su puerta a cero cinco veces, frente a las cuatro del Dortmund o las tres de Bayern, 'Gladbach, Hoffenheim, Leipzig… y el propio Unión Berlín.

Mientras, en la Serie A, tres clubes siguen sin dejar su puerta a cero. Son Lecce (13º), Bolonia (17º) y Hellas Verona (18º). Atalanta (segundo en la tabla y equipo menos goleado de Italia, con tres tantos concedidos), Juventus y Sassuolo se sitúan al otro lado del espejo, con cinco partidos sin encajar en las ocho jornadas disputadas.

En la Ligue 1, cuatro de los 20 equipos han concedido al menos una diana en las nueve jornadas: Lille (8º), Troyes (12º), Stade de Reims (17º) y Brest (18º). Los dos bloques menos goleados (cinco por cabeza) y los que más partidos han logrado salvar su portería (cinco y cuatro, respectivamente) son los dos primeros clasificados: Paris Saint-Germain y Olympique de Marsella.
 

Ancelotti es consciente de que ni Militao ni Alaba están todavía al nivel del pasado curso, de que el exhibido por Courtois es irrepetible (además, han influido las molestias físicas por las que se ha perdido los dos últimos partidos), y de que todavía no ha logrado encontrarle un hueco a Rüdiger ni sustituto con la regularidad y el nivel que ofreció Casemiro, el gran 'stopper' de las últimas ocho temporadas.