Tras dos años difíciles para el sector, los camiones de las orquestas vuelven a recorrer las carreteras españolas y de la provincia de Albacete, llevando de pueblo en pueblo la alegría de un espectáculo que no puede faltar en las recuperadas fiestas populares de los municipios, las verbenas.
Con la vuelta a la normalidad, la actividad ha sido incesante para músicos y técnicos durante todo el verano, pero agosto es, sin duda, la temporada alta para estos grupos. Como ejemplo, en la provincia de Albacete son 29 de los 87 ayuntamientos los que tienen algún día declarado como festivo local en ese mes y aún más los que celebran fiestas patronales, aunque hayan optado por no fijar esa fiesta al coincidir con fin de semana. Además, en el caso de los que honran a sus patrones en otras épocas, suelen organizarse ahora semanas culturales o fiestas de la juventud, en las que también se reserva alguna noche para la música.
Con todo ello, una de las orquestas que más va a recorrer la geografía albacetense, y de provincias cercanas, es Trópico Show, inmersa en un periodo de 24 días consecutivos con actuación, según explica uno de sus cantantes, José Carlos Ríos.
Son más de 20 personas las que moviliza este grupo (con ocho en delantera, entre cantantes y bailarinas, seis músicos, cuatro montadores, dos técnicos y un chófer) que, al igual que otras orquestas, ha ido adaptándose a los tiempos y propone «un espectáculo diferente y completo, pensado tanto para bailar como para contemplarlo».
A sus 22 años, Ríos conoce bien ese ritmo intenso (ya había sido técnico de luces desde los 16 antes de probar con el micrófono) y reconoce que «llegas a sentirte agotado y puede ser sacrificado psicológicamente subirte al escenario tantos días seguidos, pero todo se pasa viendo a la gente disfrutar». «Me paso el invierno entero en el gimnasio preparándome», reconoce jocosamente sobre la exigencia de un espectáculo que incluye, por ejemplo, 27 cambios de vestuario perfectamente cronometrados.
Una situación muy diferente a la de 2021, cuando la orquesta tuvo que adaptarse «a un formato reducido de musical» para cumplir con todas las limitaciones, Aún en enero de este año, dada la incertidumbre generada por nuevas variantes del Covid-19, Trópico Show no tenía nada claro que el año fuera a desarrollarse así, «pero desde Carnaval el volumen de fechas fue creciendo muy rápido, por lo que también se decidió ampliar la banda e invertir en nuevo equipo».
En estos meses, Ríos destaca ante todo la respuesta del público,#«que está siendo impresionante, ya intuíamos que iba a ser buena, pero no a ese nivel». «En los pueblos no habían tenido nada en tres años y había muchas ganas de disfrutar», añade.
En esa visión sobre la euforia de los asistentes coincide Samuel Calero, veterano profesor de música que toca la batería en la Orquesta Nueva Fundación, surgida de La Habana, agrupación que acumuló 25 años de trayectoria.
«Hemos pasado de cero a 100 y la gente lo está dando todo», explica Calero poco después de tocar ante algo más de 5.000 personas en Almería con una orquesta que también supera la veintena de integrantes (14 en el escenario y siete en aspectos técnicos) y trabaja «a otro nivel, solo de julio a septiembre» ya que parte de sus integrantes la compaginan con la docencia en escuelas de música y varios de los cantantes participan en la temporada madrileña de musicales.
Calero conoció bien el funcionamiento previo a la crisis económica de 2008 y se muestra menos efusivo que Ríos, asegurando que «no les doy mucho tiempo a las verbenas tal y como las conocemos ahora», tanto por los cambios de gustos como por la tendencia de los ayuntamientos «a reducir el número de noches con música en directo y completar el programa con disco-móviles, dj's u otro tipo de eventos».
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