Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Recuerdo de un balcón con vistas

26/01/2023

El reloj acababa de marcar las 19:55 y Manolo Fonseca salió al balcón en busca de una bocanada de aire fresco que le permitiera lidiar con su confinamiento. A la espera del aplauso colectivo, con la visión panorámica que le ofrecía la altura de un cuarto piso, realizó el habitual escrutinio del entorno, como si en el detalle de las cosas superfluas pudiera encontrar una justificación a todos los escenarios y dilemas que durante la cuarentena estaban rondando su cabeza, consciente de que, en este proceso de observación, la meditación siempre filtra aquellos aspectos de la realidad capaces de generar algún tipo de respuesta.
La humanidad se encontraba entonces en un punto de inflexión avivado por la pandemia de COVID-19. Probablemente el coronavirus iba a hacer de palanca histórica para cambiar profundamente la sociedad. Mientras los sanitarios y los que desempeñan servicios esenciales realizaban su encomiable labor, el resto, apoyados en la barandilla del balcón, valoraban todo tipo de hipótesis en busca de conclusiones claras para la elaboración de cualquier predicción sobre el futuro.
La reflexión balconera llevó a Manolo a la idea de que lo normal es que la pandemia estuviera impactando favorablemente en la popularidad de los líderes de todo el mundo gracias al efecto 'rally round the flag', concepto utilizado en el ámbito de las ciencias políticas y relaciones internacionales para explicar el apoyo popular a corto plazo a los gobernantes de un país durante períodos de graves crisis o guerra, salvo en el caso de España, pensaba, donde parecía imposible que se diera tal efecto a la vista de la gestión de Pedro Sánchez y Salvador Illa, con la inestimable colaboración especial de Fernando Simón, el Rafael Álvarez 'El Brujo' del Gobierno, centrando magníficamente el marco dramático y teatral de la información pandémica.
¿Implicará todo este caos un cambio del Gobierno, del central y del autonómico?, se preguntaba Manolo, contemplando absorto la calle desolada y desierta. Y justo en el instante en el que parecía intuir la respuesta, a las 20 horas en punto, su vecina Mari Carmen comenzó a aplaudir sumándose al resto del vecindario, sacándolo así de su meditación.
Ayer mismo, cuando después de casi tres años Manolo Fonseca vio en el telediario el contenido y el tono del discurso de Elisa María Lozano Triviño, esa joven estudiante que decidió escrachar a Isabel Ayuso, Presidenta madrileña legitimada por el voto de la mayoría absoluta de los madrileños, durante su discurso de aceptación del premio extraordinario de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, asomado ahora al balcón de la realidad del presente, retomó aquella reflexión interrumpida por los aplausos de su vecina y pensó en su ingenuidad de aquel momento, constatando que los españoles efectivamente siguen reunidos alrededor de una bandera ('rally round the flag'), pero se trata de la bandera del sectarismo, la intolerancia y la estupidez.