Mientras el mundo contiene la respiración para que el primer barco con grano salido de Ucrania desde el inicio de la guerra llegue a su destino, los agricultores españoles echan las cuentas de una campaña cuya producción será bastante menor que la de la anterior.

De acuerdo a la segunda estimación dada a conocer por el Consejo Sectorial de Cereales de Cooperativas Agroalimentarias, en Castilla-La Mancha se espera una cosecha de 3.457.489 toneladas, lo que supone un 19% menos respecto a lo que se cosechó en el 2021.

Por cultivos, se esperan unas 771.997 toneladas de trigo blando, 31.789 toneladas de trigo duro  y 1.980.921 toneladas de cebada. Los rendimientos, de acuerdo a la misma fuente, van a la baja salvo en el caso del trigo duro.

Siempre de acuerdo a la misma fuente, el rendimiento del trigo blando será de 3,45 toneladas por hectárea, un 26% menos que en el 2021; el de la cebada será de 3,19 toneladas, un 14% pero sorprende el aumento del 23% del trigo duro en nuestra región, que pasa del 3,66  de 2021 al 4,52 de 2022.

Donde no hay sorpresas es en el análisis que hacen los expertos de las cooperativas acerca de las causas de estos datos: el estrés que han sufrido los cereales a lo largo de todo su ciclo vegetativo, debido principalmente a la falta de lluvia y el fuerte calor de mayo y junio.

Las cifras de esta nueva estimación de las cooperativas están actualizadas hasta finales de julio y difieren de las que se hicieron tanto en junio como en mayo, lo que refleja la fuerte incertidumbre que vive el sector a causa del fuerte impacto de una meteorología cada vez más rigurosa e impredecible.

(Más información en la edición impresa o en la APP https://latribunadealbacete.promecal.es)