Los albacetenses fuman menos, pero muy poco menos. Ni leyes ni medidas restrictivas por el Covid han impedido que los fumadores sigan inhalando humo, especialmente de cigarrillos. Cierto es que durante los dos años más duros de la pandemia, la venta de cajetillas de tabaco descendió, especialmente en 2020, aunque apenas un cuatro por ciento.

Con el primer semestre del año cerrado, la provincia de Albacete adquirió 9.541.2654 cajetillas de tabaco, es decir, 190,8 millones de cigarrillos, lo que representa un incremento del dos por ciento con respecto al mismo semestre del año anterior.

En los últimos cinco años, la venta de cajetillas de 20 cigarrillos no ha bajado de los nueve millones en el primer semestre en la geografía albacetense. Si la comparación se realiza en la última década, es decir, con el primer semestre de 2013, la venta de paquetes de tabaco apenas ha bajado un siete por ciento.

Lo que las cifras ponen de manifiesto es que el número de personas que han dejado de fumar no ha sido espectacular en los últimos 10 años y que el incremento paulatino del precio del tabaco tampoco ha sido obstáculo para seguir  consumiendo. No en vano, en los últimos 12 meses, la recaudación por venta de cajetillas de 20 cigarrillos en esta provincia creció un 3,2%, alcanzando los 43,6 millones de euros solo en los seis primeros meses del año, cifra superior en un ridículo 0,1% con respecto a la recaudación por el mismo concepto que se anotó en el primer semestre de 2013 y que llegó a los 43,5 millones de euros. Es decir, mientras el consumo de tabaco baja en la última década, la recaudación se mantiene. 

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