Auténticos embajadores de la región por el mundo

Josechu Guillamón
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Los tobarreños José Carlos Martínez Gadea y Luisa María García Martínez van a emprender el viaje a bordo de una furgoneta, con una identidad perfectamente pensada y definida

Los protagonistas de la aventura muestran su vehículo. - Foto: J.G.

José Carlos Martínez Gadea es ingeniero agrónomo y Luisa María García Martínez es química, sin embargo, su verdadera pasión es viajar. Eso les ha llevado a visitar multitud de países, a vivir tres años en Bruselas y cuatro años en Holanda e incluso a casarse en Las Vegas. 

Esa pasión por recorrer mundo fue la que les llevó hace casi cuatro años a atravesar América en una furgoneta, desde Alaska a Tierra del Fuego, en un viaje que duró 580 días, en el que visitaron 15 países y recorrieron 58.552 kilómetros. Una experiencia que recogieron en el libro De Alaska a Tierra del Fuego, tocando la libertad.  

Ese viaje les cambió la vida y tras cerca de cuatro años trabajando y ahorrando en España han decidido optar por el más difícil todavía y lanzarse a dar la vuelta al mundo, como comenta José Carlos Martínez Gadea. «La idea de hacer este viaje surge del anterior. Nos encantó esa forma de viajar y pensamos que teníamos que repetir y ese es el origen».  

Lo bueno de viajar en una furgoneta es que pueden improvisar la ruta y el recorrido puede ir cambiando día a día. «La ruta es muy difícil o imposible de definir, porque es un viaje muy grande, sólo tenemos clara la salida, que va a ser a Alcalá del Júcar, luego vamos a ir a Cuenca y sabemos poco más. Pensamos dedicar unos días a conocer mejor nuestra región, Castilla-La Mancha y vamos a empezar por España, pero una vez que pasemos la frontera, no tenemos muy claro por donde vamos a ir. Vamos a improvisar sobre la marcha. Lo bonito de viajar de esta manera,  es que la ruta se va haciendo casi día a día». 

Aunque el viaje no está definido, su recorrido empezará en Europa, como aclara Luisa García. «La idea una vez que crucemos la frontera de España es ir hacia Europa y luego hacia Asia, después veremos hacia que continente nos dirigimos, Australia, América o África, aún no lo tenemos decidido, pero imagino que  una vez que hayamos llegado a la punta de Asia, posiblemente sea Japón, pues ya tendremos decidido donde ir, aunque también decidiremos en función del coste del transporte».  

Sin embargo, en esta ocasión los ahorros no les permitirán hacer el viaje completo, como señala José Carlos. «Para el otro viaje estuvimos ahorrando cinco o seis años y para éste hemos ahorrado cuatro, con lo que el dinero no va a ser suficiente para todo lo que queremos hacer, por eso nos vamos a tener que autofinanciar en el camino, porque si en el anterior viaje hicimos 58.552 kilómetros, es posible que ahora hagamos 350.000».  

Una autofinanciación que se basará en vender la cultura manchega. «Vamos a vender nuestra tierra, Castilla-La Mancha, por eso vamos a ir vestidos de manchegos, tenemos nuestra furgoneta, que compramos a principios de año y está matriculada en Toledo, decorada y vamos a dar a conocer la cultura manchega, porque a nosotros nos gusta conocer otras culturas, pero queremos dar a conocer la nuestra, queremos ejercer de embajadores de Castilla-La Mancha». 

Por su parte, Luisa señala que «en este viaje tenemos una identidad bastante definida, que no teníamos en el otro, que es nuestra identidad manchega, que es lo que queremos llevar a todos los rincones del planeta. Queremos llevar nuestra gastronomía, nuestra cultura, queremos cocinar por el camino, tapas manchegas y tapas españolas, somos buenos cocineros y hemos participado en el Festival de Comida de Bruselas (Brussels Food Festival), donde vendimos 300 tapas. También venderemos cualquier tipo de comida que nos surja y que veamos que pueda funcionar en el país por el que pasemos».  

Además también van a vender merchandising y el libro de su anterior viaje, como explica José Carlos. «Aquí en España por el tema de sanidad queremos vender merchandising y  el libro. Creemos que las tapas manchegas donde pueden triunfar más es  en Europa, tenemos esperanza de que nuestra tortilla de patata triunfe».  

Esperan también que la gente les siga a través de las redes sociales, donde irán contando sus aventuras, como comenta Luisa. «Tenemos un Instagram, un Facebook, un canal de Youtube y una página web, 2 manchegos trotamundos, donde iremos contando donde estamos y que nos ha pasado, como ya hicimos en el otro viaje. El que nos sigan en las redes sociales para nosotros es fundamental, no pedimos dinero, pero si queremos que, al menos en Castilla-La Mancha y en España los ayuntamientos nos faciliten el poder poner nuestro puesto. Vamos a vender nuestro libro, vamos a vender camisetas, mandiles, imanes, pegatinas, queremos vender comida manchega, rollos fritos, café». 

En cualquier caso, si eso no funciona tampoco descartan trabajar en lo que surja, para poder continuar su viaje. 

Tras la fiesta de despedida celebrada este sábado, partirán esta misma semana hacia un rumbo desconocido, con mucha ilusión y con ganas de mostrar la cultura manchega por todo el planeta, como apunta Luisa. «Queremos bailar unas manchegas con nómadas mongoles, eso me encantaría».