Y digo yo, si andar por la vida sin corbata reduciría el gasto de energía eléctrica, hacerlo en pelota picada con el antifonario y los pelendengues al aire seria la releche, y el adiós al recibo de la luz el descubrimiento del siglo. Pero claro, la cosa tiene su aquel, porque el aumento de la natalidad podría ser espectacular en un país de cachondos mentales, como es  este de nuestros pecados y geniales gobernantes.
Pero valdría la pena intentarlo, y en todo caso, para paliar en lo posible el exceso de natalidad lo que nos ahorraríamos en energía eléctrica podríamos invertirlo en preservativos. Le vendo la idea gratis a don Pedro. Claro que estamos construyendo un puente sobre un río sin caudal, porque este no ha sido jamás un país en exceso corbatero y más bien el citado adminiculo ha sido siempre símbolo de  señoritismo derechista fané y descangayao. A muchos españoles, en los tiempos de la cólera les dieron «el paseo» solo por llevar corbata. Así es que ojo al parche, no vayamos a volver otra vez a las andadas.
En cualquier caso no es de creer que el repentino sincorbatismo de nuestro poncio sea una reminiscencia ideológica, porque él, hasta ahora, solo se quitaba la corbata para irse al catre. Uno, que ha tenido que llevar el collerón toda su vida porque en el oficio del periodismo solo iban descorbatados, comunistas, anarquistas y derivados, ahora retirado hace años del oficio se encuentra tan cómodo en mangas de camisa, que le dan torzones solo de pensar en volver a la antigua rutina.
De todos modos, uno a cero a favor de Sánchez, que, con la chorrada de la corbata está evitando que los españoles hablemos de las cosas que de verdad importan en el país. Ite misa est…