El salón de actos de la Delegación de Educación, Cultura y Deportes, Avenida de la Estación, acogió una nueva conferencia del ciclo de Aluex. El doctor Juan Luján Martínez habló sobre Historias de la cardiología y comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de interés sobre su intervención.

La Medicina, la Cardiología  dio un salto espectacular desde mediados del siglo XX.  ¿Es correcto?

Efectivamente. En los últimos 60, 70 años, a partir de la segunda mitad del siglo XX, los cambios tecnológicos han transformado completamente el ejercicio de la Medicina y, sobre todo, lo más importante, la calidad de vida de los pacientes, que es lo que cuenta. 

¿Cuáles fueron esos cambios más importantes a nivel tecnológico, de herramientas?

En el campo de la Cardiología yo destacaría dos cosas. Una, que es muy evidente, porque los pacientes lo pueden ver,  pruebas de imagen, donde hemos pasado, prácticamente, de no tener nada, a tener un abanico de técnicas de imagen que te permiten evaluar al paciente mucho más fácilmente, las veces que quieras, sin someterlo a riesgos y eso te da mucha más información. Luego, una enfermedad muy frecuente, potencialmente grave, como es la enfermedad coronaria, los infartos; sus tratamientos han cambiado muchísimo y, prácticamente, de no poder hacer nada, hemos pasado a que ahora se atienden enseguida,  con un sistema de urgencias de 24 horas, y se pueden evitar consecuencias muy graves.

El trasplante también debió ser fundamental.

Bueno, el trasplante, en realidad, más que un tema técnico, desde el punto de vista de la Cirugía o desde el punto de vista Cardiológico, que eso no es tan complicado, era un poco, vencer el tabú. Muchas veces la Medicina hay una idea preconcebida de que hay una cosa que no se puede hacer, hasta que alguien se atreve. Luego, sobre todo, lo que lleva alrededor, de tratamientos inmunosupresores, de asistencia, antes, durante y después. 

Pero siempre está el factor humano para juzgar ese abanico de pruebas.

Estoy totalmente de acuerdo y lo recogí en la conferencia, por mucho de hablemos de técnicas, de avances, al final, estamos hablando de personas. La Medicina se basa en personas, tratar con personas. Si solo fuese cuestión de tecnología, no existiríamos los médicos, sería cuestión de algo automático, pero se trata de pacientes, no de enfermedades. 

¿Por dónde se mueven hoy los cardiólogos?

Estamos en un punto en el que tenemos mucha tecnología, pero el problema es que cada vez la población es mayor y los recursos no son infinitos, claro,  realmente, en los últimos cinco años de tu vida, consumes muchísimos recursos sanitarios y entonces, viene el problema de la sostenibilidad del sistema. Los sistemas sanitarios se están viendo muy estresados, porque los recursos no son infinitos y habrá que ensayar otro tipo de estrategias para intentar complementar esto. Habrá que estimular los autocuidados para evitar problemas de salud o que el seguimiento de las enfermedades crónicas sea más preventivo, más cercano. Lo que es la estrategia hospitalaria y tecnológica está muy bien, pero puede ser que ya no dé más de sí la cosa.  

Médicos, formación y más recursos.

El problema es que los recursos no son infinitos, lo que pasa es que esto políticamente se vende mal, porque decirle a la gente que no hay barra libre, que hay que poner unos límites, no es popular. Habrá que adecuarse a lo que tenemos e intentar ser lo más eficientes posibles. No siempre más de todo es lo mejor. 

¿Puede darnos una idea de dónde se avanza más en su campo?

Ahora mismo, donde más se está avanzando, porque las compañías, las industrias investigan y lógicamente se mueven por un beneficio, es en el tema de los dispositivos, de todo tipo, estimulación, diagnóstico.  

¿Nos cambiarán las piezas?

Piezas  ya se están cambiando. Seguramente, los dispositivos mejorarán cada vez más. Pero, al final del día, la satisfacción está en conseguir  ayudar a alguien y hacer que su vida sea mejor.