«Viajar a La Meca para un cristiano era todo un desafío»

A.D.
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Diego Quirós López, licenciado en Historia del Arte e Historia Medieval, catedrático de Secundaria, profesor del IES Bachiller Sabuco, intervino en el ciclo de Aluex, con la conferencia La atracción de lo prohibido: Viajeros cristianos en La Meca

Diego Quirós López. - Foto: Arturo Pérez

Diego Quirós López, licenciado en Historia del Arte e Historia Medieval, catedrático de Secundaria, profesor del IES Bachiller Sabuco, intervino en el ciclo de Aluex, con la conferencia La atracción de lo prohibido: Viajeros cristianos en La Meca, del siglo XVI al XIX. El profesor dio a conocer cómo eran esos aventureros que emprendieron un viaje lleno de obstáculos y peligros. 

¿La atracción más importante venía de la prohibición de la visita?

La verdad es que todo lo que sea prohibido nos llama la atención y casi, instintivamente, llama a que nos saltemos esa prohibición. Entonces, desde la más remota antigüedad, Arabia resulta atractiva, precisamente porque se tenían muy pocos datos, pero La Meca, es algo que alucina a los europeos cristianos de la Edad Media. Sienten una profunda curiosidad por saber qué ahí allí, cómo son los rituales. Aunque ya Mohoma dejó dicho que eso solo era para musulmanes y aunque no dijo que había que matar a quien entrada, la cuestión es que a cualquier infiel que cogían, el paso siguiente era eliminarlo. 

¿Un desafío?

Claro, había curiosidad, pero sobre todo, viajar a La Meca para un cristiano era todo un desafío. Eso hace que desde el año 1503, que ya tenemos datos, se pusieron en marcha una serie de oleadas de viajeros que intentaron llegar, sobre todo, con más intensidad, desde el siglo XIX.  

¿Lo intentaron los cruzados?

Sí, pero el problema es que no tenemos datos. Ya Ludovico de Varthema, en 1503, se hizo pasar por mameluco, entró en La Meca e hizo una descripción. Era un aventurero tremendo, porque no se quedó en La Meca, fue a Yemen,  Persia, La India, Indonesia. Era una persona que tenía una profunda curiosidad por conocer todo con sus propios ojos, incluso publicó un libro y por eso tenemos este dato de su viaje.  

¿Qué impresión le causó?

Desmintió algunos mitos que había en la Edad Media, que se decía que la gente iba en peregrinación a La Meca para ver la tumba de Mahoma.Es el primero que dijo que Mahoma estaba enterrado en Medina. Bueno, hay muchos más exploradores.  

¿Algún español?

Muy importante. Domingo Badía, de Barcelona, llegó a un acuerdo con Godoy, el primer ministro de Carlos IV,  para hacer un viaje a Marruecos, con un objetivo aparentemente científico, aunque era político, aunque desvió su objetivo e hizo la peregrinación en 1807. Fue el primer explorador que dijo exactamente cuál era la localización geográfica de La Meca, con todos los datos. Intentó entrar en Medina, aunque no lo consiguió, pero presenció cómo los wahabíes se hicieron con el control de La Meca. 

¿Cómo eran esos aventureros y viajeros?

No todos, pero muchos de ellos eran inadaptados sociales, porque la sociedad en la que vivían, sobre todo en el XIX, les venía pequeña y se sentían atraídos por la idea de libertad, del desierto y la civilización árabe. Había curiosidad, reto personal y afán de fama y notoriedad, también. 

¿Cuál fue el más famoso?

Si tuviera que decir uno, te hablaría de Richard Burton, un inglés que también estuvo en La Meca. Para entrar, había dos posibilidades, la conversión o hacerse pasar por musulmán. Por ejemplo, Domingo Badía, Alí Bey, el español, se hizo pasar por musulmán, pero hubo algunos que llegaron a convertirse, atraídos por la fe, que hicieron mucho a favor del islam, porque moldearon la opinión que se tenía en Europa y acercaron el conocimiento real de lo que era. 

Richard Burton, en su caso es, probablemente el mejor explorador del siglo XIX. Estuvo en todos los continentes, excepto en La Antártida y Australia, viviendo al límite. Era un hombre profundamente sabio y astuto, hablaba 29 idiomas. Se sintió cautivado por la civilización árabe, pero no se convirtió. Para él, el desierto y la vida de los beduinos eran un ideal que Europa había perdido. Ahora, realizar  un viaje a La Meca es relativamente sencillo, aunque no puedes entrar si no llevas una autorización expresa del Gobierno de Arabia Saudí y un visado especial como peregrino. Sigue siendo difícil, el peligro sigue existiendo.