El Hospital de Albacete detecta al año más de 100 linfomas

T.R
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Los enfermos con este cáncer, del que hay más de 40 tipos diferentes, disponen de una gran variedad de terapias para su abordaje

Una paciente recibe tratamiento de quimioterapia en el hospital de día. - Foto: José Miguel Esparcia

Anualmente los hematólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete diagnostican entre 30 y 40 casos por 100.000 habitantes de linfoma, un tipo de cáncer que provoca un crecimiento anormal y descontrolado de los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que se producen en la médula ósea y se encargan de proteger nuestro organismo. Los linfocitos pueden encontrarse en todo el cuerpo, por lo que este cáncer hematológico puede comenzar en cualquier parte del mismo.

Por ello, es esencial detectar el linfoma cuanto antes para así determinar qué subtipo de linfoma se trata, localizarlo y poner en marcha un tratamiento adecuado, ya que existen hasta 40 tipos diferentes de este cáncer linfático del que ayer se celebró el Día Mundial.

El jefe del Servicio de Hematología del Área Integrada de Albacete, el doctor Juan Ramón Romero, informó que precisamente en Albacete se está creando un registro de patologías hematológicas, que permitirá determinar los diagnósticos anuales de pacientes con linfomas y con otros cánceres de la sangre, aunque la incidencia de este tumor de los linfocitos es similar a la que existe a nivel nacional.

Aunque la detección de este cáncer a diferencia de otros tumores sólidos resulta más compleja, la buena noticia es que los pacientes con linfoma tienen a su alcance multitud de posibilidades de tratamiento, desde el convencional basado en ciclos de quimioterapia, a otros más punteros y que van a la diana del tumor como las terapias con anticuerpos monoclonales, «que últimamente están adquiriendo un grado de sofisticación importante, ya que hay algunos que reconocen dos tipos de características de la células o dos tipos de células tumorales diferentes». A este arsenal terapéutico para estos pacientes oncológicos, según el hematólogo Romero, se suma la terapia celular, como el trasplante alogénico o autólogo, así como la inmunoterapia, en concreto, mediante lo que se conoce como terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T), que es una manera de hacer que las células inmunitarias llamadas células T (un tipo de glóbulos blancos) luchen contra el cáncer al alterarlas en el laboratorio para que puedan encontrar y destruir a las células cancerosas. La terapia de células CAR-T también es un tipo de terapia génica celular debido a que involucra la alteración de los genes dentro de las células T para ayudar a combatir el cáncer.

Por ello, el jefe de Hematología trasladó un mensaje de tranquilidad y esperanza a los pacientes que reciben un diagnóstico de linfoma «porque los hematólogos tenemos muchas cosas que hacer con ellos para mejorar su tumor y que su calidad de vida no se resienta».

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