«He conseguido el sonido que quería»

Antonio Díaz
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Cano está de vuelta. El músico albacetense se ha decidido a presentar en concierto sus dos últimos discos, La Zozobra y La Encrucijada, y lo hará mañana, en la sala Clandestino, con apertura de puertas a las 20,30 horas.

Cano vuelve a la carretera para presentar sus dos discos en solitario. - Foto: Alberto Cuerda

Cano está de vuelta. El músico albacetense se ha decidido a presentar en concierto sus dos últimos discos,  La Zozobra y La Encrucijada, y lo hará mañana, en la sala Clandestino, con apertura de puertas a las 20,30 horas. Estará acompañado, para abrir el concierto por la banda conquense Myntra, que también llega con nuevo trabajo. El músico comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta cita tan especial.

Dos discos...

Sí, ya tocaba. Ha sido un poco un cúmulo de circunstancias. El primer disco, La Zozobra, lo saqué justo a finales de 2019 y no tuve tiempo ni de plantearme presentarlo, porque vino el encierro de la pandemia. El 2020 fue prácticamente nulo para cualquier tipo de presentación y aproveché para componer otro disco, el segundo y, en caso de presentarlo, no había que tirar de versiones, tenía ya un set list completo mío y aproveché la situación para sacar un segundo álbum y lo lógico sería mostrar La Encrucijada en directo, pero sería injusto no tocar el primero. Entiendo y así lo hago, es la presentación de ambos discos en directo. 

¿Qué diferencias hay entre La Zozobra y La Encrucijada a nivel musical?

Supongo que se nota un poco más ese objetivo al que quería llegar a nivel musical. La Encrucijada completa el inicio que tomé en La Zozobra, tanto a nivel sonoro como al musical, es un poco la confirmación del nuevo camino. Siendo similar o con rasgos parecidos a Centinela, es algo más propio, más personal y con diferencias bastante circunstanciales; hay diferencias a nivel compositivo. La Encrucijada es la confirmación de lo que empecé con La Zozobra.  

¿Qué diferencias hay entre ambos trabajos?

Es difícil poner etiquetas, hablamos de heavy rock, a lo mejor, no tan cañero como era Centinerla, pero sigue siendo heavy. Muestro mucho más esas influencias que siempre he tenido, desde muy joven, y las muestro sin ningún tipo de tapujos. Sueno como siempre he querido sonar. Con Centinela éramos cinco y todos aportábamos ideas y al final, era un sonido al que llegábamos cinco personas. Aquí, todo es absolutamente mío. 

¿Qué influencias?

Yo me crié con el heavy de los 80, también los 90 y los 2000, por supuesto, pero muchas grandes bandas que he admirado, quería que quedase plasmado, de alguna manera. Desde luego, estudié muchísima música, porque quise también entender qué grupos habían influenciado a esas bandas de los 80 que me habían influenciado a mí. Fui mucho más atrás, al rock de los 70, los 60, incluso llegué al blues. Creo que eso queda reflejado en ambos disco, en un sonido propio, más actual, con afinaciones actuales. Es una mezcla que ya buscaba con Centinela, pero creo que en La Zozobra y La Encrucijada he conseguido el sonido que quería, clásico con unas influencias muy actuales a nivel sonoro.  

¿Un grupo puede encorsetar a un músico?

No se si es encorsetar. Hay bandas en las que se encarga da la composición una persona. Claro, tienes que contar con los gustos y la forma de trabajar de todos y bueno, no es encorsetar si llega a buen término, pero evidentemente si eso no llega a buen término, sí estás encorsetado.  

¿Qué músicos le acompañan en este viaje?

Llevo a dos exmiembros de Centinela, Fernando Navarro a la guitarra y Javier Simarro, al bajo. También viene otro guitarrista, Víctor González, que toca en otra banda, así como a Andrés Valenciano, que venía de otros grupos y llevaba un tiempo sin demasiada actividad.  

¿Habrá gira nacional?

Voy a intentar hacer unos conciertos de presentación, lo que se puede, porque está la cosa muy complicada, la verdad. De repente, hemos salido en tromba todos los grupos a tocar. Presentaré, de momento, los discos en cuatro o cinco ciudades y luego, en festivales.