La intervención del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ante los medios de comunicación concluyó con un mensaje muy sentimental. El mandatario confesó sentirse «orgulloso» de ser español y del sentimiento «de unidad nacional» que se ha creado en los últimos días. «No hemos tenido que ganar una Copa del Mundo para salir a los balcones; y no somos muy dados a hablar bien de nosotros mismos y eso debemos cambiarlo. Estamos dando la talla», dijo. 

Previamente, García-Page detalló la conversación mantenida esa misma mañana por videoconferencia con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el resto de presidentes autonómicos. El jefe del Ejecutivo castellano-manchego trasladó a Moncloa las medidas adoptadas en la región para contener el coronavirus, al tiempo que reclamó algunas otras para acelerar el fin de la crisis o, bien, para atender de forma más óptima tanto a pacientes como a los sectores productivos y económicos.

Así, anunció que entre hoy, lunes, y el martes llegarán a Castilla-La Mancha «miles» de test rápidos para detectar el Covid-19. Miles de test que ha comprado la propia Junta de Comunidades tras las gestiones de la Consejería de Sanidad que, añadió, no se está quedando de manos cruzadas ante esta crisis sanitaria sin precedentes.

Cuando lleguen se procederá, al haber cambiado el protocolo de actuación, a realizar test no solo a los posibles contagiados por coronavirus sino al personal sanitario, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y al servicio público que opera en la comunidad autónoma. 

Al mismo tiempo, García-Page confirmó también, la compra de los respiradores «suficientes» para atender la demanda en hospitales; toda vez que la Consejería que dirige Jesús Fernández Sanz ha hecho aquí también sus deberes adelantándose a la compra de este material imprescindible para el tratamiento de los enfermos más graves.

En lo que concierne a la compra de equipos de protección individual como las mascarillas, García-Page celebró que el Gobierno «haya levantado la mano» y permita que las autonomías compren. Por eso, «hemos podido distribuir un millón de mascarillas, de las cuales 100.000 venían del Estado».