Julián Valcárcel vuelve a la escena con un nuevo estreno

Emilio Martínez
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El actor albacetense y también abogado toma parte en varias series de televisión

Imagen del actor y abogado Julián Valcárcel. - Foto: Carlos Paverito

Es un caso no sólo poco habitual, sino también extraño. El de Julián Valcárcel Carbonell. Porque conjuga y comparte su tiempo con su vocación de actor y su vocación versus profesión de abogado. La segunda, a diario y alimenticia. La primera, cuando le surgen papeles interesantes en cualquier medio. Porque dentro de la gente dedicada a las artes escénicas, el albaceteño tiene la suerte, no compartida por la mayoría de sus colegas, de ‘más o menos’ puntualiza, de poder elegir sus papeles. Cual acontece con el del señor Pellicer, que acaba de estrenar en el madrileño Teatro de las Letras. Y que es la continuación en su actividad dramática de otros en varias series de televisión.

Su magnífica interpretación de este hombre frustrado y pequeño que, harto de verse humillado por los demás, decide encargar del asesinato de su hermano a un profesional del ramo, surgió hace unos meses cuando el autor del texto, el veterano polifacético creador Martín Garrido Ramis, que también se encarga de la dirección escénica, le fichó para representar La venganza del señor Pellicer. Una obra que a pesar de llevar varios años escrita no se había estrenado todavía. «Además, la propuesta venía acompañada de una noticia gratísima: mi compañero en la función sería Fernando Acaso, que además de ser un excelente actor, es un querido amigo», afirma Valcárcel.

Eso sí, un personaje que no tiene nada de albaceteño, como otros a los que ha dado vida el actor, sobre todo en el ya famoso anuncio de lotería de Navidad de hace tres años y su continuación humorística en cortos dirigidos por otro paisano, Tuti Fernández. Como explica, coletilla final incluida, el propio Valcárcel: «Sí, este señor es un madrileño de casta con algunos vínculos con Mallorca, pero no tiene más relación con Albacete que su más que probable conocimiento del Río Mundo,especialmente en las zonas trucheras». Y añade que  quien  quiera averiguar de qué está hablando se teme que «tendrá que ver la obra».

 

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