Desde el pasado lunes, la Audiencia Provincial de Cádiz celebra el juicio contra cuatro policías nacionales que se enfrentan a 15 años de prisión por acabar con la vida del albacetense Juan Antonio Martínez, el 4 de abril de 2015, frente a la iglesia del barrio Santa María de Cádiz.

Cabe destacar que en este juicio únicamente acusa el abogado de la familia del fallecido, Mariano López Ruiz, ya que la Fiscalía solicita la absolución de los procesados, al entender que actuaron en legítima defensa, algo que los policías han reiterado en el juicio, como señalaba el letrado. «Dijeron que el fallecido llevaba un destornillador en la mano y que les amenazaba, que estaba muy alterado, que les costó mucho reducirlo y que como consecuencia de eso al final lo tiraron al suelo. Ellos niegan que le golpearan en la cabeza y dicen que esos golpes puede que se los produjera en la cabeza al caer al suelo, pero las heridas que tenía eran profundas». 

Además López Ruiz añade que han sido varios los testigos que en el  juicio aseguraron que los agentes golpearon al fallecido en varias ocasiones. «Los testigos fundamentalmente han declarado que los agentes le dieron muchos golpes a este hombre con las porras, dicen algunos que le daban en algunas partes del cuerpo, incluida la cabeza, pero los policías eso lo niegan».

Los forenses. Sin embargo, el letrado albacetense afirma que la declaración de los forenses, que se realizó ayer, demuestra que el fallecido recibió varios golpes en la cabeza. «Los forenses determinan que no se dio un golpe en la cabeza, que tenía un montón de golpes por todo el cuerpo (32) y varios los recibió en la cabeza, pero golpes profundos que le ocasionaron las hemorragias».

En este sentido, López Ruiz comentaba que la muerte se debió a esos golpes en la cabeza y no a ningún infarto. «En la autopsia vieron que el fallecido tenía algo de corazón, pero los médicos forenses dicen que aunque no hubiera tenido nada, hubiera muerto por los golpes».

El perito llamado por la defensa de los agentes afirmó que esos golpes en la cabeza se producirían al caer al suelo. Sin embargo, el forense citado por la acusación particular, el mediático José Cabrera Forneiro, afirmó que decir eso era un «insulto a la inteligencia, como explicaba el abogado. «Lo que Cabrera declara está totalmente constatado por la autopsia y por las heridas y es que la muerte se produce como consecuencia de los golpes que le dan con las porras en la cabeza, no es consecuencia de ninguna caída».

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