San Pedro Apóstol impulsa las conversiones nativas

F.J.Z./ P.G.
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La campaña está promovida por Obras Misionales Pontificias, junto con la Jornada de oración por las vocaciones

Fotografía de archivo de un proyecto misionero. - Foto: D.B.

Un año más, volvemos a celebrar esta campaña promovida por Obras Misionales Pontificias, junto con la Jornada de oración por las vocaciones de mano de la CEE, Confer y Cedis. ¡Qué alegría! Y el lema de este año, nos alienta a dar lo mejor de nosotros mismos: nuestro tiempo, entrega, disponibilidad, compromiso, generosidad…todo por y para los demás. Ser testigos del amor de Cristo en nuestras vidas, y eso, contagiarlo a los demás a través de darnos al prójimo.

¿Qué es esta jornada de #VocacionesNativas? Es un día especialmente dedicado a la oración y la cooperación con los jóvenes que son llamados al sacerdocio o la vida consagrada en los territorios de misión. Con esta campaña, se cubren muchos proyectos, pues existen muchas vocaciones, pero escasos recursos de formación para que se hagan realidad. Con la ayuda que enviamos se busca ayudarlas en sus dificultades.

Hablar de la Jornada de Vocaciones Nativas, es hablar de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol. En nuestras Iglesias de larga historia, nos parece «normal» contar con sacerdotes, religiosas... Pero no lo es. Su presencia es un auténtico don. Lo saben muy bien las Iglesias que se abren camino en los territorios de misión. Allí muchas de esas vocaciones se enfrentan a contextos de pobreza y a la falta de recursos en sus familias y sus centros de formación. ¿Te imaginas lo que es querer con toda el alma entregarte a Dios, a los demás, al servicio de tu Iglesia local, y ver que no puedes cubrir ni los gastos mínimos de tu formación y sostenimiento? Ponte en su piel.

Desde hace más de 130 años, existe una Obra Misional Pontificia que se dedica a ayudar a los seminaristas y novicias del mundo que más lo necesitan. Un regalo que el Espíritu hizo a la Iglesia a través del «sentir católico» de dos laicas francesas: Juana Bigard, y su madre, Estefanía. Es la Obra de San Pedro Apóstol, que tiene encomendado el cuidado de los seminarios diocesanos en los territorios de los noviciados. El ejemplo de los misioneros hace que muchos jóvenes, movidos por el Espíritu Santo, sientan la llamada del Señor para seguir sus pasos. Las vocaciones nativas son la mejor herencia que los misioneros pueden dejar en la misión, porque son la muestra de que el Evangelio ha arraigado, y representan el presente y futuro de la Iglesia católica allí. Muchos jóvenes dan el paso, pero tienen serias dificultades para seguir adelante con su vocación. Por ello, es necesario que cuenten con la oración de toda la Iglesia y su apoyo económico.

(Más información en la edición impresa o en la APP https://latribunadealbacete.promecal.es)

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