«'Doce' es un disco que está fuera de las modas»

Antonio Díaz
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El nuevo álbum de Jacobo Serra es Doce. Su historia comenzó hace tres años, cuando Serra decidió retirarse unas semanas a las montañas de la Sierra de Guadarrama para encontrar inspiración en la naturaleza y escribir su tercer disco de estudio

Jacobo Serra regresa con 'Doce', su nuevo álbum. - Foto: Brian Roberts

El nuevo álbum de Jacobo Serra es Doce. Su historia comenzó hace tres años, cuando Serra decidió retirarse unas semanas a las montañas de la Sierra de Guadarrama para encontrar inspiración en la naturaleza y escribir su tercer disco de estudio. El músico comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de este  nuevo trabajo.  

¿Doce es un disco conceptual?

Totalmente, parto de esa idea, desde el principio. 

¿Cuál es el concepto, el hilo de este álbum?

Esa sí es una pregunta compleja, porque hay muchísimas ideas. Hay un hilo conductor y utilizo un poco el concepto de los meses del año, porque tenía claro desde el principio que quería hacer un disco que tuviese 12 canciones y que cada canción fuese un mes, un poco para ayudarme a hablar de algo más importante todavía que un año, de toda una vida en realidad. En el disco se reflexiona sobre toda una vida; es una especie de búsqueda, como dice el título de la primera canción, enero, de lo imposible. Hablo sobre mí, de lo que va mi arte y mi vida, una búsqueda de algo, pero es un trabajo que contiene muchísimas historias, está escrito en clave cinematográfica y poética, casi una novela, porque cuenta una historia, en primera persona, otras veces en tercera, es un recorrido vital para un trabajo complejo.  

Tres años, un trabajo complejo, como subraya. 

Sí, ha sido un trabajo hercúleo, que  al final se ha alargado mucho en el tiempo, también por circunstancias ajenas a mi voluntad. Me fui a grabar a Liverpool y cuando volví, nos encerraron, y tuve que darle una vuelta al disco, cambiar los planes y empezar a grabar en casa todos los instrumentos. La pandemia y todo lo que ha pasado hace que cambies tus sentimientos y hay transformación. Doce es un disco interesante, ha sido una obra viva hasta el momento de salir de  Abbey Road con él terminado y eso es muy raro, es un proceso muy diferente a cómo se hace un disco y cómo se concibe, porque ha ido mutando. 

¿Por qué volvió a Londres y Liverpool para terminar esa grabación?

En realidad nunca me fui. Es una relación persistente con la gente de allí y mi vida gira mucho en torno a ese  mundo y la relación con la gene de Liverpool, de Universidad de Paul McCartney. En 2016 me llamaron para hacer una colaboración con ellos y conocí a grandes músicos. Además de la fuerte amistad, hemos venido colaborando musicalmente  y cómo quería hacer un disco que tuviera tintes orquestales, quería ayudarme de esa orquesta para contar mi historia. Quería ayudarme del poder de la Liverpool Jazz Orchestra para narrar, para llevar al oyente también a esa sensación climática de los meses. Un trabajo muy bonito y también muy difícil y por eso  pensé en la Liverpool Jazz Orchestra. Sinceramente, ir a ese estudio mítico, es todo un lujo, era necesario acabarlo en Abby Road Studios en Londres, tenía que ser así.  

¿En cuanto a estilo, cómo suena?

Os lo dejo a vosotros. Después de tantos años no sé todavía qué música hago, no sé muy bien cómo definirla. Te diría que hay una amalgama de colores:hay jazz, música clásica, moderna, incluso bel canto, ópera, momentos de épica.Luego hay música de los 50, de todo, he bebido de muchas fuentes, también hay electrónica, es una síntesis. Creo, sinceramente, que es un estilo que en España no existe, es muy complicado catalogar Doce, porque cada canción es un mundo.  

Ahora que habla de etiquetas, ¿qué le parece cuando hablan de usted como el beatle manchego?

Es algo que me tomo con cariño, es casi jocoso. No lo soy, ni lo pretendo, llevo mi camino, es un piropo que me tomo como algo cariñoso.  

¿Que idioma eligió para Doce?

El disco, de arriba a abajo es en español. También es un reto, porque  la música es de un tinte muy anglosajón y tiene un ejercicio muy bonito de composición, para buscar las palabras. Es muy emocionante cantar en tu lengua materna.  

Igual que Fuego artificial. 

Sí, fue mi primer LP en castellano y este es el segundo que hago. La verdad es que me apetecía, no pensé en los mercados, porque Doce es un disco que está fuera de las modas, busca ser atemporal, está hecho con total libertad artística.  

¿Pensó en algún público en concreto con el álbum?

No, es para todo el mundo. Cuando uno asume las labores de composición, producción y arreglos, puede perder la perspectiva, pero no es así, es muy fácil de escuchar. Si te quieres meter a fondo, es complejo, pero tiene canciones fáciles, con estribillos pegadizos y, en realidad, es para todo tipo de públicos, desde alguien a quien le guste Sinatra, a quien le guste la electrónica y la música ambiente o a quien le guste el rock. Tiene un poco de todo. Con Doce,  he hecho el disco que yo quería escuchar y tenía claro lo que quería. 

¿Cómo lo presentará, con banda?

Dependerá de los escenarios, que nos van a decir con qué formato vamos a ir. Lo defenderé, bien solo o con orquesta, que es más difícil por cuestión de economía e infraestructura. También llevaré una banda más al uso con metales y cuerdas. Me haría mucha ilusión volver a Albacete y presentar el álbum como se merece, con la Banda Sinfónica Municipal, sería brutal, muy bonito hacerlo para todos mis paisanos.