Editorial

Las instituciones ayudan a las familias en el inicio del curso

-

La solución idónea sería una recuperación del poder adquisitivo, porque las ayudas, aunque beneficiosas a corto plazo, son parches

Tanto la Consejería de Educación de la Junta de Comunidades como el Ayuntamiento de la capital, así como otros de la provincia, habilitan ayudas a fondo perdido para las familias con niños en edad escolar. Solamente en material, las subvenciones llegarán a más de 12.900 alumnos y oscilarán entre los 90 y los 240 euros en función de la renta y el nivel educativo del beneficiario.

Estas ayudas llegan como agua de mayo para las familias que en la vuelta a las aulas se enfrentan a un incremento de precio de un 20% en material escolar y de un 1,5% en libros de texto, según los datos ofrecidos por la Unión de Consumidores de Albacete (UCE). La Consejería de Educación, Cultura y Deporte incrementó un 12% el número de subvenciones en la provincia de Albacete. Según el delegado provincial del ramo, Diego Pérez, este aumento se debe al «aumento de los umbrales de renta».

Organizaciones No Gubernamentales como Cáritas Diocesana o Cruz Roja, continúan con sus programas para ayudar a los escolares en situaciones de vulnerabilidad, que buscan garantizar una igualdad educativa y que niños desfavorecidos puedan seguir adelante con sus estudios hasta universitarios, una de las vías para alejarse del peligro de exclusión social.

Por su parte, el Ayuntamiento de la capital, y más concretamente la Concejalía de Educación, se estrena este curso en este tipo de ayudas con una convocatoria para 600 estudiantes, de entre tres y 12 años, que recibirán un pago único de 100 euros, es decir, que tiene una partida presupuestaria de 60.000 euros. El éxito de la convocatoria fue tal que en pocos días el Ayuntamiento recibió 3.000 solicitudes que ahora tendrán que ser estudiadas.

Este último dato es relevante, ya que las familias demandan ayudas para la adquisición de material escolar. La causa puede residir en el momento crítico en el que se encuentran las economías domésticas. La inflación imparable que sufre la economía española, pero particularmente la castellana-manchega, provoca que cualquier ayuda institucional, por pequeña que sea, sea un alivio para el día a día de las familias. Después de dos años de pandemia y  con la subida de los precios en pleno vigor -incluida la subida del Euribor, que repercute en las cuotas mensuales de las hipotecas-, las economías de las familias consumieron la mayor parte de los ahorros y ahora buscan reducir cualquier tipo de gasto. La solución idónea sería una recuperación del poder adquisitivo, porque las ayudas, aunque beneficiosas a corto plazo, son parches para salir del atolladero, pero, si no cambia la situación, las familias volverán a enfrentarse al mismo problema en el mes de septiembre de 2024.