La gastronomía tiene profundos arraigos en la Semana Santa

Redacción
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Las fiestas se viven con los cinco sentidos y son platos típicos de Albacete: el potaje de vigilia, el ajo arriero o atascaburras, las torrijas, las flores fritas o los rellenos de dulce

El potaje es un plato típico de Semana Santa. - Foto: C.L.

La Semana Santa, además del hecho religioso central y definitorio que conmemora, como es la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, tiene profundos arraigos culturales, sociales y familiares que transcienden más allá del mero fervor y recogimiento religioso y que, a lo largo de nuestra historia, se han consolidado en la sociedad albacetense, en nuestras costumbres y estilo de vida.

La gastronomía de Semana Santa de Albacete es uno de esos elementos definitorios que tienen un arraigo tremendamente profundo en nuestra sociedad. Y nos atrevemos a diferenciar la gastronomía de Semana Santa de la gastronomía en general, porque entendemos que tiene una personalidad y carácter propio y diferenciador del resto de maneras y hábitos de cocinar que se producen a lo largo del año.

La gastronomía se define como la disciplina que estudia la relación entre la cultura y la comida durante un periodo de tiempo determinado. Si analizamos la Semana Santa por cualquiera de los posibles ángulos o perspectivas, siempre estaremos de acuerdo en que es cultura. Y la Semana Santa tiene aparejada una comida especial y distintiva durante el periodo de cuaresma, caracterizado por la austeridad en las comidas diarias, el ayuno y la prohibición de algunos alimentos.

El periodo de tiempo donde se enmarca la gastronomía de Semana Santa se centra en los 46 días de Cuaresma, que comienzan el Miércoles de ceniza hasta el Domingo de Resurrección. Este periodo de tiempo se considera de purificación preparatoria antes de la Pascua, teniendo una vinculación a referencias bíblicas como los 40 días de ayuno en el desierto de Jesús, los 40 días de diluvio universal y los 40 años del pueblo israelí por el desierto.

Durante este periodo de tiempo, definido como hemos dicho anteriormente por la austeridad, estaba prohibido comer todo tipo de carne. En la actualidad, la abstinencia de carne se aplica para los días de Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, siendo la versión más extendida para comprender esta costumbre el hecho de que la carne simboliza el cuerpo de Jesucristo crucificado.

Hoy en día, la gastronomía de Semana Santa más tradicional solo es sacrificada por los creyentes más estrictos, mientras que la gran mayoría de la sociedad ha heredado las tradiciones gastronómicas de Semana Santa, ofreciendo comidas de todo tipo y recetas respetuosas con la tradición cristiana y la cuaresma, pero igualmente sabrosas y aplaudidas por cualquier comensal.

La Semana Santa de Albacete ofrece numerosos ejemplos gastronómicos tradicionales que, como no podría ser de otra manera, se heredan de generación en generación, lo cual asegura que no se perderán las costumbres gastronómicas de Semana Santa albaceteñas, además de ser una manera maravillosa de compartir momentos en familia y recordar a nuestros seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros, preparando y saboreando las mismas comidas de siempre en esta época. Son platos típicos de la gastronomía de la Semana Santa de Albacete, el potaje de vigilia, el ajo arriero o atascaburras, las torrijas, las flores fritas, los rellenos de dulce… La Semana Santa de Albacete se vive y se disfruta con los cinco sentidos, incluso como hemos visto con el gusto… y de qué manera tan rica y deliciosa.