Un otoño turbulento

Carlos Cuesta (SPC)
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La mayor parte de los indicadores económicos prevén que los próximos meses van a ser complicados, sin descartar una recesión

Un otoño turbulento - Foto: Imagen de pch.vector en Freepik

El hastío de los españoles a la interminable carrera de crisis que llevan sufriendo en sus espaldas desde hace décadas hace que las advertencias de un otoño de turbulentas, lleno de incertidumbres, con los precios de los alimentos y la energía por las nubes ante una imparable inflación, con los tipos de interés al alza o un euríbor escalando a cifras de hace 10 años, no sea sino la continuación de una pesadilla sin final en un país que no acierta a gestionar bien su economía.

La preocupación de empresas y familias está justificada ante unos indicadores económicos que tardarán en recuperar la normalidad, y que, si no se aplican las reformas necesarias, derivarán en un pírrico crecimiento que prolongará aún más los efectos de una depresión.

Inflación

A pesar de que agosto cerró con una inflación del 10,5% siguiendo por encima de los dos dígitos como en meses anteriores y lejos de los pronósticos de la ministra de Economía, Nadia Calviño, la previsión que manejan los economistas es que el IPC medio cerraría 2022 en el 8,9%, para caer al 4,8% en 2023. Según destacan en Funcas, el índice se moverá entre septiembre y diciembre de este año entre el 9,6% y el 7,9%.

Recesión

Todo apunta a que la recesión acecha a Europa en los próximos meses y podría confirmarse también en España a lo largo del próximo año 2023. De hecho, Moody's avisa de una contracción económica que se prologará durante un año y que restará hasta un 4% a la economía de la eurozona y un 2,5% a la española. Los expertos destacan que los estados comunitarios se dirigen a una rápida recesión si es que no lo están ya ante el alto comportamiento de precios que está registrando la energía que arrastra a todos los sectores.

Desempleo

El empleo es la gran asignatura pendiente del mercado laboral español. El paro subió en 70.900 personas entre enero y marzo, lo que supuso casi un 2,3% más que en el trimestre anterior, mientras que la ocupación se redujo en 100.200 puestos de trabajo. De abril a junio, sin embargo, cayó en 255.300 trabajadores con lo que el número de personas sin trabajo sumó 2.919.400. Con el efecto verano tampoco mejoró y, de hecho, subió en 3.230 parados en julio, el primer incremento en este mes en 20 años, mientras que en agosto, descendió hasta el 12,3%, el doble de la UE del 6,3%. Las estimaciones de cara a 2023 se mantienen próximas al 12%.

Crisis energética

La cuestión energética ha demostrado la gran debilidad de occidente ante países suministradores muy poco estables y fiables. La economía se ha resentido desde hace casi siete meses que Rusia invadió Ucrania y va a seguir frenando el crecimiento de los próximos trimestres a cotas difíciles de predecir. Con la electricidad y el gas en máximos históricos, las empresas y las familias se están empobreciendo, perdiendo poder de compra y, lo que es peor, se están encareciendo todos los productos en un mercado globalizado sin solución en el corto plazo.

Materias primas

La escasez de materias primas y sus altos precios son otro de los factores que están destruyendo los pilares del crecimiento y poniendo al tejido productivo en serios problemas de abastecimiento y de futuro.

Subida de tipos

Una de las medidas que se han puesto en marcha para controlar la alta inflación primero por parte de la Reserva Federal de EEUU y del Banco Central Europeo después, es el encarecimiento del dinero con una subida de los tipos. La presidenta del BCE aseguró que llegará con los intereses hasta dónde sea necesario para controlar los precios. A la subida de 0,50 puntos básicos de julio se sumó otra este mes de septiembre del 0,75% y, según los analistas, no será la última a pesar de que reconocen el daño que hacen a las familias más vulnerables que precisan financiación.

Huelgas

El Gobierno es consciente de que se avecina un otoño de tensiones laborales ante la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y, a través de su vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya ha subrayado su «apoyo explícito a las movilizaciones sindicales frente a la patronal española» para exigir la negociación de la subida de los salarios, manifestando que «sin ninguna duda, vamos a subir el salario mínimo y lo vamos a hacer más que nunca, porque estamos en una situación de absoluta excepcionalidad política»

 Díaz ha declarado que subir el salario mínimo interprofesional (SMI) es ahora más necesario «que nunca» y ha exigido al presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, «que se comprometa con su país» para dejar de «bloquear la negociación de los convenios colectivos».

Pensiones

El compromiso del Gobierno de subir las pensiones según el IPC está levantando ampollas no solo en Bruselas, que consideran desproporcionada esta medida, sino también desde la patronal que valora que es un gasto que España no se puede permitir en este momento de crisis. La partida de pensiones se comerá en 2023 toda la recaudación de IVA y de IRPF.

El abono de 11,1 millones de prestaciones supondrá 175.430 millones en 2023 si la inflación cierra 2022 en el 8,1%, como pronostica Bruselas que, además, baja el crecimiento nacional al 2,1% en 2023.

Deuda pública

Con los últimos datos conocidos de julio, la deuda pública ha crecido en 70.805 millones de euros más en el último año, y alcanza ya 1,486 billones de euros, su máximo histórico que la sitúa ya en el 117,7% del PIB. Por su parte, la deuda per capita alcanza los 31.105 euros por español, 1.004 euros más por habitante respecto a 2021 lo que sitúa a España entre las economías con mayor lastre del mundo.

Conclusión

El diagnóstico de la situación económica que vive España es de una extrema gravedad y, especialmente, porque el contexto internacional también es muy negativo, lo que resta capacidad a las exportaciones y a una expansión mayor.

Los economistas insisten en que faltan reformas estructurales a tiempo que se anticipen a esta situación, especialmente en aquellas áreas que hacen al sistema nacional más vulnerable como la energía, la fiscalidad, la deuda, el empleo público, entre otras.

Los expertos aseguran que todos conocen las soluciones que debieran tomarse, pero priman las estrategias electorales frente a los ajustes reales que precisa el país.