Eloy M. Cebrián

Eloy M. Cebrián


Perspectiva de género

01/10/2021

Se habla en estos días en los colegios e institutos de los «planes de igualdad», que cuentan con su dotación económica y su alivio horario para los docentes más entusiastas y entregados. Yo soy de los que piensan que la escuela debe enseñar aquellas cosas que los alumnos no pueden aprender en sus casas, y que este es el auténtico factor igualador de la educación (sobre todo de la pública). Por otro lado, la igualdad entre los sexos y la erradicación de la violencia contra la mujer es una aspiración que compartimos todas las personas de bien, por no hablar de la no discriminación y del respeto con todas las opciones sexuales y afectivas. Pero conviene leer cuidadosamente lo que uno va a votar, y más en el caso de los docentes, puesto que las decisiones de los claustros se trasladan de forma directa a la educación de nuestros niños y jóvenes, que es uno de los asuntos más serios que tenemos entre manos (con permiso de volcanes y pandemias). Los proyectos que se votan suelen incluir la adopción del lenguaje inclusivo en la enseñanza, es decir, el hecho de dejar de usar la lengua castellana tal y como recomienda la RAE y sustituirla por esa variedad redundante y tontorrona que oímos con frecuencia en boca de ciertos políticos. Y más grave todavía es la adopción de una «perspectiva de género» en los proyectos educativos de los centros. Como ha señalado oportunamente uno de mis compañeros, lo que la palabra «perspectiva» enmascara es, en realidad, el concepto «ideología», con lo que nos topamos de bruces con el pensamiento único y la tiranía de lo políticamente correcto. Es decir, de lo que aquí se trata no es de enseñar a los alumnos a pensar, sino de instruirlos en lo que deben pensar. Mal asunto.