El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra.

¿Qué número hace este poemario en su obra?

Creo que es el número 12 publicado, a los que se suman también dos novelas y tres libros de relatos.

En este caso, la obra que tenía cumplía con el mínimo de versos que se necesitaban para participar en el Premio Internacional Luis Feria de la Universidad de La Laguna,  y lo presenté.

¿Con qué género se encuentra más cómodo?

Pues una vez que tengo un tema, lo desarrollo y lo trabajo, me encuentro igual de cómodo. Ahora, lo que me gusta es variar, normalmente compagino poesía y relato. 

Habla de temas, ¿qué pasa para que se conviertan en relatos o poesía?

El tema puede que venga de  una simple inspiración, de un chispazo, o también me puedo fijar, como fue en este caso en  algo determinado y, dentro de la temática, siempre hay que buscar la inspiración y trabajarla.  

¿Qué tema inspiró este poemario en concreto?

Me inspiré en lo que nos hace olvidarlo todo. Me fijé en los problemas de la memoria, en las enfermedades que nos borran todo y las situaciones que pueden aparecer o las conversaciones que pueden surgir en la pareja. No sé si exactamente los momentos de realidad que se dan en el propio enfermo, cuando sea consciente del problema.

Fui construyendo el poemario, poco a poco, a partir de todo esto.  

Un poemario premiado.

Sí, fue accésit en la Universidad de La Laguna.

Estaba publicado, pero formaba parte de un libro que editó la Universidad de La Laguna donde recogió los premios de poesía, de relato, teatro, investigación, una serie de premios literarios. Es una obra bastante grande y decidí publicarlo de forma autónoma para que no se perdiese entre tantas páginas. También acceder a este libro de la Universidad es complicado, no es demasiado fácil. 

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