Manzanares pesca una puerta grande en río revuelto ganadero

Pedro J. García
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El alicantino tiene el excesivo premio de dos orejas del quinto de la tarde, el mejor de un desafío que defraudó, 'El Fandi' se va de vacío y Cayetano corta una oreja

Derechazo, sin apreturas, de Manzanares al quinto de la tarde. - Foto: José Miguel Esparcia

La corrida del desafío ganadero con tres toros de Victoriano del Río y otros tantos de Juan Pedro Domecq no dio la talla y ya saben que si en una corrida de toros falla el toro es como un jardín sin flores, aunque El Fandi, con su populismo y sus tercios de banderillas entretuvo al público, que si no es por eso, al descanso, más de uno dice lo de apaga y vámonos. Así hasta que saltó el quinto al ruedo, el mejor de la tarde, el de más clase y nobleza, aunque tampoco sobrado de motor. Con ese rey tuerto en el país de los ciegos, Manzanares fue el que pescó en río revuelto y no fue mala captura, las dos orejas y puerta grande excesiva, tanto en las peticiones del público como en la concesión desde el palco.

El Fandi, dicho está, es un buen mantenedor de tardes plomizas, como lo demostró ayer, y, al margen de sus vistosos quites con el capote y su particular puesta en escena en banderillas, lo mejor fueron las estocadas recetadas a cada enemigo y, aunque hubo peticiones de orejas desde los tendidos, el usía, en este caso con buen criterio, no concedió ningún trofeo. Completó la terna Cayetano, con el viento a favor de mucho público, voluntarioso y que tuvo el premio de una oreja tras despachar al sexto de la tarde.

otra puerta grande. La puerta grande del coso albacetense sigue con el cerro flojo y ayer se volvió a abrir, en esta caso para José María Manzanares, por su actuación ante el quinto toro, el mejor del desafío, sin entregarse en los primeros tercios, pero que tuvo más clase en la muleta de Manzanares, que lo cuidó, porque tampoco iba sobrado de fuerza, con una faena cimentada sobre la mano derecha, con series cortas, de pocos muletazos, ventajistas y aliviadas que calaron en los tendidos. Al natural, en la única serie que dio, estuvo más deslucido y volvió a la mano derecha para continuar en el tono anterior, sin apretura alguna. Dejó media estocada que fue suficiente para acabar con el astado, aplaudido en el arrastre, y él recibió el excesivo premio de dos orejas, de un generoso palco, que le abrieron la puerta grande. 

Su segundo enemigo, de Juan Pedro Domecq, sin fijeza de salida ya dobló cuando Manzanares le llevó al caballo, donde empujó en un puyacito. La blandura continuó en la faena de muleta, con numerosas caídas en una labor a media altura, sin apreturas y en la que un sector del público pidió música para acompañar la labor del alicantino, pero, como diría el otro, no había motivo y Nevado se mantuvo firme en su palco, que la música es para acompañar a las buenas faenas y esta, sin toro, no lo era, como tampoco lo era la segunda de Cayetano, donde sí sonó la Unión Musical Ciudad de Albacete. Dejó medio estocada que fue suficiente para acabar con el toro.

El primero de la tarde, de Victoriano del Río, tomó con celo el capote de El Fandi, aunque se quedó corto en el recibo a la verónica, sin lucimiento del diestro. No se entregó en el caballo y al salir del puyazo dobló, anticipando lo que se repitió después durante la faena, la blandura del astado. Tras un quite por chicuelinas llegó un aplaudido tercio de banderillas. La faena de muleta se hizo eterna, con más cantidad que calidad, por ambos pitones, todo a media altura, sin calado ni transmisión, con un toro noble, pero blando, que claudicó varias veces. Lo mejor, la estocada, en su sitio, aunque precisó de un descabello para acabar con el astado. Hubo petición de oreja, minoritaria, y todo acabó en una ovación.

De Málaga a Malagón pasó El Fandi en el capítulo ganadero, porque le correspondió un toro inválido aunque, al menos, le dejó realizar un vistoso quite donde conjugó lopecinas, con una chicuelina y una revolera, y su particular y variado espectáculo en banderillas, con cuatro pares. En la muleta, lo dicho, lo intentó por ambos pitones ante un toro inválido, más tiempo por el suelo que embistiendo, por lo que decidió abreviar y dejó otra buena estocada. Hubo una increíble petición de oreja, que no fue concedida por el usía, firme en el palco en esta ocasión.

El primero de Cayetano, también de Juan Pedro Domecq, echó la cara arriba en el capote y se quedó cortó por el pitón derecho. En el caballo se defendió y en banderillas cumplió. En la muleta tuvo mejor condición de inició, repitiendo en la muleta de Cayetano en series iniciales a media altura y sin acoplarse el diestro. Poco a poco se quedaba más corto el astado y por el pitón izquierdo estuvo más deslucido al natural, de uno en uno los muletazos y sin ajustarse. Volvió a la derecha, valentón, y con los aceros estuvo desafortunado, pues precisó de dos pinchazos antes de dejar una estocada tendida. Cortó Cayetano una oreja del cuarto, tras una faena que inició sentado en el estribo y que continuó de rodillas, calentando los tendidos. Luego se sucedieron varias series, sobre todo con la mano derecha, de poco calado. Dejó una estocada y tuvo que descabellar para acabar con su enemigo, del que paseó una oreja.

FICHA:

Ganadería. Se lidiaron tres toros de Victoriano del Río (primero, quinto y sexto) y tres de Juan Pedro Domecq (segundo, tercero y cuarto), desiguales de presentación, descastados y blandos en general; el mejor fue el quinto.

'El Fandi'. Coral y oro. Ovación tras petición y ovación tras petición.

José María Manzanares. Grana y oro. Ovación y dos orejas.

Cayetano. Rosa palo y oro. Palmas y una oreja.

Incidencias. Tres cuartos de entrada en tarde nublada, con algún pasaje de lluvia.