'Anhel', danza en esencia

A.G.
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La coreógrafa y bailarina manchega Cristina Gómez estrenó con éxito su sexto montaje en Valencia, «un espectáculo crudo» al que se enfrentó tras recuperarse de un accidente en el que sufrió una fractura de pómulo

‘Anhel’, danza en esencia - Foto: Josep Escuín

Cristina Gómez, coreógrafa y bailarina albacetense afincada en Valencia, estrenaba recientemente Anhel, su sexto montaje, en la Sala Carme Teatre de la capital del Turia. La experiencia ha sido satisfactoria, según explica a La Tribuna: «El balance es más que positivo y no solo del estreno, también de todo el proceso que se ha extendido más de un año, con paradas naturales e impuestas. He contado con un equipo artístico de primera, desde Daniel Maia con quien inicio el proyecto y desarrolló las primeras ideas coreográficas, hasta formar el definitivo con Anna Estellés al frente de la dramaturgia y la dirección de escena, Paloma Calderón, acompañándome en escena absolutamente salvaje y magnética, Carlos Molina, que ha preparado una iluminación que aporta toques pictóricos y cinematográficos, y Edu Comelles, que se ha encargado de coordinar y poner sonido a Anhel potenciando las ideas de base y amplificando sus significados».

Gómez volvía en este espectáculo a la esencia de sus primeros montajes, en las que la abstracción y el gusto por la deformación del cuerpo son protagonistas, recuperando «la esencialidad más primitiva y animal del ser humano». La bailarina se mostró encantada con la respuesta del público a esa propuesta tan cruda, acogida «con mucho cariño, pues hubo días que se levantaron del asiento a aplaudir, algo que aún no me había pasado o rara vez, así que estoy muy feliz».

Además, el estreno de Anhel llegaba para la albacetense tras superar un momento difícil, un accidente en un entrenamiento que la llevó al hospital y a tener que someterse a una operación «para colocar en su sitio mi pómulo izquierdo que había quedado fracturado y hundido por una patada accidental, y fijarlo con titanio». Han pasado más de cinco meses y Gómez recuerda, por ejemplo, «las cuatro horas que pasé en REA sin poder abrir casi los ojos y cómo, para evadirme, visualicé cosas bonitas que había vivido, personas queridas, incluso visualicé varias veces el estreno de Anhel, lo viví en mi cabeza, ejecuté los pasos, me imaginé al público, el espacio, la luz...no ocurrió pero yo lo viví de alguna manera».

«Ya estoy totalmente recuperada, aunque sigo sintiendo algunas molestias en la zona, y he vuelto con muchísimas ganas y sin miedo», añade la artista, que detalla sobre su futuro cercano que «ahora, viendo la buena acogida, que ha tenido el trabajo vamos a dedicar los próximos meses a cerrar bolos para la temporada que viene. La pieza está dentro de Platea, un catálogo que confecciona el Inaem todos los años y que facilita que los programadores y programadoras de teatros públicos puedan contratar espectáculos. También la presentaremos a Aerowaves, un circuito europeo y, por supuesto, me encantaría mostrarla en Albacete y que participara en la Feria de Artes Escénicas de Castilla-La Mancha». Antes, seguirá con varias actuaciones de Dance is my heroine, su montaje anterior, y su colaboración con la compañía Sebastián G. Ferro en Upper, «espectáculo con el que parece que iremos a México en otoño».

equipo. A las buenas sensaciones de la bailarina con Anhel se suman el resto de la compañía. «Es un alegato a lo salvajemente bello de la vida», destaca Anna Estellés, mientras que Paloma Calderón lo define como «uno de los procesos de creación más interesantes en los que he participado hasta ahora».  «Encender las luces de Anhel ha sido adentrarse en distintas densidades atmosféricas en las que piel, carne y pelo son protagonistas», añade Carlos Molina, mientras que el músico Edu Comelles destaca que le dio «la posibilidad de abrirme a un mundo de  interpretaciones de mis composiciones a través de un lenguaje físico y con una visceralidad muy particular».

ARCHIVADO EN: Valencia, Albacete, México