Diego Carretero perdió la puerta grande con la espada

Pedro Belmonte
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El torero de Hellín y David de Miranda cortaron una oreja en una descastada corrida de Albarreal

Diego Carretero, con la oreja que cortó al tercero de la tarde. - Foto: Pedro Belmonte

Una corrida de toros de Albarreal se lidió ayer en la plaza de toros de Tobarra, corrida de correcta presentación, aunque si demasiado fondo, noble, sin comerse a nadie, pero con poca clase en su embestida, que les dejó estar a los toreros sin que tampoco les diera la posibilidad de un triunfo rotundo. Antes del paseíllo, el peruano Joaquín Galdós descubrió una placa conmemorativa del indulto de toro Alambrisco del hierro de El Pilar, el pasado 31 de mayo. Además, se conmemoraba el 150 aniversario de la plaza de toros de Tobarra, ya que fue el 16 de mayo de 1872 cuando en ese mismo lugar se celebró el primer festejo taurino. 

Ayer tuvo lugar una corrida de toros en la ya emblemática cubierta de Tobarra, en la que se lidiaron seis toros de Albarreal, para los diestros Joaquín Galdós, David de Miranda y el albacetense Diego Carretero, sin salida en hombros, o bien por la espada o por las condiciones del ganado o acierto lidiador de los toreros.

Abrió la tarde el peruano Galdós, que tuvo delante a un toro muy flojo que se derrumbó en varias ocasiones. Lo trasteó muy templadito, aunque ya las hechuras del animal poco hacían presagiar que la faena pudiera tener altura, sin apenas cuello y el viaje muy corto, aunque las maneras del peruano solventaron algunos defectos del burel, llevándolo muy templado y conectando con el tendido. Dos pinchazos y una estocada le permitieron escuchar una ovación. Con el cuarto, al que lidió muy bien Ángel Gómez Escorial, y que fue el toro que tuvo mayor codicia del encierro, aunque no demasiado recorrido, quiso poderle pero demasiados tirones le dio durante  el trasteo. 

Estuvo arrebatado, queriendo, sin demasiado acierto, con más corazón que cabeza, que de haber acertado con los hierros seguro que habría conseguido trofeo. Pinchazo, estocada casi entera y cuatro descabellos fue el anticipo para recoger las palmas del respetable.

David de Miranda desplegó un toreo con gusto y ya en el segundo de la tarde le hizo un quite por tafalleras de mucha corrección y vistosidad, pero el e Albarreal careció de la fuerza suficiente para poder cuajarlo con transmisión. Lo pasó a media altura, con técnica y compostura, pero sin toro, por lo que lo bonito chocaba con la falta de emoción. Cortó una oreja tras estocada trasera, tendida y desprendida.

El quinto tuvo cuajo y lo recibió con verónicas con clase y mucho gajo, y aunque tampoco embistió con demasiada clase, el de Huelva pudo desplegar un toreo suave, templado y compuesto, conectando con el tendido a base de ligarle bien los muletazos en series por ambos pitones. La estocada cayó muy baja y aunque hubo petición, todo quedó en una ovación que recogió en el tercio. Diego Carretero, que se prepara para sus dos importantes compromisos en Las Ventas el 18 de mayo para confirmar la alternativa y en la Copa Chenel el 23 de abril en san Agustín de Guadalix, tuvo la puerta grande de Tobarra en sus manos, pero la espada en su primero y el toro en el que cerraba plaza, se lo impidieron. Recibió al tercero de la tarde con una larga cambiada de rodillas en el tercio, para seguir con verónicas rodilla genuflexa que calentaron el tendido. La faena tuvo moya, citando con la muleta adelantada y llevándolo atrás, sucediéndose series de muletazos largos, en la distancia adecuada y los terrenos precisos. Una faena que llegó contundente al tendido, con fundamento, técnica y compostura. Podría haber sido de dos orejas, pero la espada cayó muy fea y , aunque le pidieron el doble trofeo, el presidente le otorgó solitario trofeo.

El sexto, un toro cuajado, parecía que podría haber sido el de la tarde, pero tras el tercio de banderillas, se orientó y se rajó, con sustos incluidos, por lo que tras intentarlo, lo mató de dos pinchazos y estocada desprendida y recogió una ovación.