La Fbclm se impulsa tras una excelente gestión

Juan Carrizo
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Con una deuda superior a los 600.000 euros, el estamento que preside el albacetense José Esteban Gálvez desde 2018 ha pasado a tener superávit y muchos proyectos en marcha

José Esteban Gálvez, presidente de la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha. - Foto: José Miguel Esparcia

Resulta difícil encontrar gestiones tan brillantes como la que en los últimos años lleva protagonizando la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha. El 2016, una situación insostenible rompió  dejando una deuda superior a los 600.000 euros y al baloncesto regional, por los suelos, con apenas 50 equipos entre todas las categorías en la región.

La cosa no se encarriló porque el presidente entrante emuló al anterior y en el enroque siempre el perjudicado era el baloncesto de Castilla-La Mancha. Ahora mismo, ambos expresidentes, Ramón Granados y José Luis Rodrigo, están acusados de varios delitos, entre ellos la administración desleal, en el procedimiento que se sigue, por separado, en el Juzgado de Instrucción número tres de Alcázar de San Juan.

En 2016, José Esteban Gálvez, con un largo historial como jugador y técnico, entró a formar parte de la directiva como vicepresidente deportivo. Ajeno a la situación económica y con mucho apoyo por parte de diferentes colectivos, decidió ser el presidente tras el segundo descalabro en 2018, habiendo renovado su cargo por otros cuatro años durante el 2020.

En estos cuatro años de mandato, la situación de la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha ha dado un vuelco espectacular. De la deuda superior a los 600.000 euros que apareció tras la salida de Ramón Granados, solo quedan por pagar 64.000 euros. Entre la deuda que se ha liquidado aparecen los famosos 223.000 euros que se debían al colectivo arbitral y que fue lo que terminó por dinamitar la gestión de Granados al frente de la Federación.

Lo sorprendente es que, además de pagar la deuda, desde la Federación se ha seguido trabajando para potenciar el baloncesto de forma que el crecimiento ha llegado a cotas inimaginables hace unos años, pues de esos apenas 50 equipos que estaban en competición en 2016, ahora mismo se han superado los 150 equipos. Lo mismo ocurre con las licencias. Amén de dar salida a numerosos proyectos con el objetivo de promocionar, principalmente el baloncesto de base.

La pasada temporada, según quedó reflejado en la asamblea general realizada antes de empezar el verano, la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha tuvo unos ingresos récord de 836.000 euros, lo que generó 113.000 euros de superávit.

«En 2018 hicimos un máster de gestión», señala a este diario José Esteban Gálvez, «con el único objetivo de pagar, pagar y pagar. Tuvimos unas tensiones de tesorería brutales, porque no había liquidez. Pasamos un año y medio bastante malo».

Fue el propio baloncesto de la región, los clubes, los que ayudaron regresando a las competiciones. «Empezamos a crecer a nivel de equipos, con muchas más licencias. Generamos confianza y empezamos a encontrar patrocinadores como Globalcaja o Comunitelia. Incluso con la pandemia de por medio, el cambio se produjo en la temporada 2021-22 ya que sufrimos mucho menos para pagar todos nuestros compromisos y este año la deuda prácticamente está olvidada. Tener solvencia y liquidez para afrontar los pagos todos los meses nos alienta para poner en marcha muchos proyectos que tenemos en mente».

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