El triunfo de la sencillez

Maricruz Sánchez (SPC)
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Karlos Arguiñano evoca los sabores de siempre, aquellos que dibujan los recuerdos, en su nueva obra 'La cocina de tu vida'

El triunfo de la sencillez - Foto: Juan Herrero

En la pandemia, mucha gente se dio cuenta de que se podía cocinar rico en casa. Una moda a la que Karlos Arguiñano contribuyó enormemente con su programa de televisión y sus libros de recetas. De hecho, el que lanzó en 2020 fue el más solicitado de las navidades en las librerías españolas. Al vasco le gusta considerarse un cocinero didáctico, que enseña a comer más sano, con productos de cercanía presentes en todas las despensas, y que ayuda a los padres para que sus hijos tengan una alimentación más equilibrada.

Está claro que su fórmula funciona: desde 2014 ha publicado ocho volúmenes, unos 900.000 libros editados de los que ha vendido más de 600.000, 130.000 solo el año pasado. De hecho, este éxito, lejos de agotarse, no pierde su brillo entre sus millones de seguidores y ahora suma un título más, La cocina de tu vida (Planeta): 950 platos fáciles, rápidos y saludables con la esencia de la cocina de siempre.

Arguiñano, lejos de adjudicarse el mérito de estas buenas cifras, se define como un cocinero con la suerte de estar rodeado de un excelente equipo de profesionales. Más de una veintena de personas que contribuyen a que lleve más de dos décadas asomándose a las casas desde la pequeña pantalla. Un producto televisivo centrado en las necesidades del hogar. «Yo soy muy hogareño. Un día le pedí un baile a Luisi (su mujer) y ahora somos 28- dice entre risas-. Por eso, este año con mi libro busco recuperar la cocina de toda la vida. Recuerdo perfectamente lo que cocinaban mis abuelas en el caserío, la ensaladilla rusa, la sopa de cocido, el conejo en salsa… Podría decirse que la historia de cada persona es la de los sabores de su memoria», explica.

El chef siempre ha defendido que para estar sano hay que comer bien, aunque es muy consciente de que no todos pueden permitírselo «porque no les llega». Así, los platos que sugiere en su programa están al alcance todos los bolsillos, y de todas las agendas. «El que diga que no tiene tiempo para cocinar, está mintiendo. Quien afirme que no puede ponerse 20 o 30 minutos a preparar la comida, si dice la verdad, es porque es alguien muy importante».

Otra de las grandes batallas de Arguiñano es la obesidad infantil. «En un país como España, con una cocina mediterránea amplia y variada, rica en hortalizas, frutas, legumbres, carnes y pescados, este problema es algo que no se puede consentir. Esta situación no es culpa de los niños, y tampoco digo que no se coman nunca platos precocinados, pero sí que su consumo sea ocasional, como complemento a una dieta casera», afirma. Abuelo de 13 nietos, no es partidario de los menús infantiles: «los críos tienen que comer lo mismo que los adultos, aunque en diferentes proporciones». Y, en esta misma línea, a las personas que quieren perder peso, el cocinero les da la mejor receta. «CLM: Comer La Mitad. Eso es lo más sencillo», señala.

 

Un sueño de infancia

Para un experto en libros de recetas como Arguiñano, este tipo de textos fueron muy importantes al principio de su carrera. De hecho, rememora como su madre, que estaba impedida, necesitaba ayuda en la cocina y él, al ser el mayor de los hermanos, siempre le echaba una mano cuando llegaba de la escuela a preparar cosas y a poner la mesa. Así fue como descubrió que quería ser cocinero. Luego, evoca, cuando empezó a estudiar hostelería, utilizaba obras de chefs franceses, «unos mazacotes de textos sin fotografías y platos muy elaborados» opuestos a sus libros.

A su juicio, en la evolución gastronómica que ha vivido España en las últimas décadas, la cocina se ha aligerado. «Antes los guisos eran muy grasientos y el punto de cocción más elevado. Ahora hay platos de inspiración extranjera que nos han enriquecido y ser un país de acogida de tantos emigrantes también, porque no dejamos de asumir elementos de otras culturas. Además, muchos me agradecen por la calle que conmigo aprenden el idioma, a la vez que lo hacen a cocinar nuestras recetas».

Esa es la opinión de un profesional que hace ya 40 años enseñaba recetas vascas en EEUU, y que cree que hay que seguir investigando para no dejar nunca de aprender entre fogones. Y también apostar por el aprovechamiento, como se está promulgando en la actualidad desde el Ministerio de Consumo, aunque el chef es crítico con la clase política: «que nunca se olviden de los que necesitan ayuda, de los que no tiene nada».

Con todo, Arguiñano es un hombre que mantiene que es feliz «porque he hecho todo lo que quería en mi vida: ser cocinero, casarme, tener hijos, abrir un restaurante, montar una escuela de hostelería, tener un programa de televisión, una bodega, un equipo de pelotaris... etc».

Aún así, a sus 73, Arguiñano no se pone límites. De hecho, ahora está rodando una película ambientada en el siglo VIII y basada en el cómic El ciclo de Irati que augura será el éxito del 2022. «Irati se llama, y está dirigida por Paul Urkijo (Errementari)», explica. Y, lo más importante, se siente agradecido a la vida y todo lo que le ha dado. Por eso, para seguir en este mundo de la mejor manera posible muchos años más, hace ejercicio («que no deporte»), camina hora y media al día, come muy variado y nunca pierde el sentido del humor. Eso, es marca de la casa.