Sánchez Vara, Palacios y Tendero triunfaron

Redacción
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La plaza de Cifuentes fue el escenario del reparto de 10 orejas de una buena corrida de Araúz de Robles, con destacadas actuaciones de todos los diestros

Fotografía de un lance a la verónica del diestro Andrés Palacios. - Foto: Rubén Serrallé

Los toreros decidieron echar la tarde hacia delante a pesar del agua que había caído las horas antes del festejo, lo que fue premonitoria de la buena tarde de toros que se pudo disfrutar en la plaza y en toda la región, a través de la televisión. Una corrida bien presentada y de buen juego en general, propició el corte de 10 orejas a los pupilos de Araúz de Robles. 

Abrió la tarde el toro Pinceladas, cuajado y serio que fue recibido con templadas verónicas, y un quite por chicuelinas. No anduvo regular con las banderillas, destacando el tercer par al violín. El toro metió bien la cara, embistiendo con franqueza, con el defecto de costarle repetir, aunque logró cuajarle varias tandas, destacando las ejecutadas por el pitón derecho, muy templadas y sin agobios. Faena de buena estructura, rematada por una estocada desprendida, que le valieron las dos orejas.

Con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio, recibió el alcarreño al que hizo cuarto, al que también quitó por gaoneras, todo ello previo a un tercio de banderillas muy solvente. Con buenas condiciones llegó Verdial al último tercio, desarrollando nobleza y clase en la embestida, condiciones aprovechadas por Sánchez Vara que le cuajó una faena adornada con el temple y lenta velocidad. Otras dos orejas para su esportón tras una estocada desprendida.

Se le quedaba muy corto con el capote el primer toro del lote de Andrés Palacios, con el que apenas pudo lucirse en una media verónica excepcional con la que abrochó un quite por verónicas. El de Araúz de Robles llegó muy orientado a la muleta además de la cortedad del recorrido, lo que solventó con técnica y valor el albacetense, citándole con la muleta más atrasada y vaciando atrás el muletazo, aunque en varias ocasiones, el toro reponía inmediatamente poniéndole los pitones en la cintura. Pinchó antes de cobrar una buena estocada, paseando una oreja.

Con un manojo de cinco verónicas de trazo lento, suave, y con gusto, recibió Palacios al quinto de la tarde, un toro con cuajo y seriedad, muy bien picado por Iván García. El toro tuvo noble condición y metió bien la cara, pero siempre con tendencia a irse hacia los adentros, terrenos que aprovechó el de Albacete para cuajarle una faena cargada de temple, torería y ligazón, con lo que compuso un trasteo compacto, finalizando con una media arriba y dos orejas en sus manos.

Dos orejas en el primero del lote de Miguel Tendero, un toro con clase y temple que manifestó de salida, toreándole despacio y templado con la capa, bajándole las manos. La calidad se fue terminando, ya que se rajó pronto, pero mientras duró, Tendero lo toreo despacio, templado y con relajo, llegando con fuerza al tendido. Se puso incómodo para matarlo, pero tras un pinchazo, cobró una estocada, paseando el doble trofeo.

Apretó de salida hacia dentro el sexto de la tarde, metiendo a Tendero en aprietos, de los que salió airoso, sacando los brazos y pudiendo con el de Arauz de Robles, lo que ponía de relieve el buen momento del torero albacetense, que siguió demostrando en la faena de muleta, en la aplicó firmeza y mando, todo ello aderezado de temple, cuajando un trasteo con mucha compostura, a pesar de la irregularidad de la embestida. Dos pinchazos sin soltar la espada, una estocada casi entera y descabello, dejaron el premio en una oreja.