En lo único que el Gobierno-Sánchez se está mostrando firme es en tratar de impedir que se normalice el desarrollo de la Fiesta de los Toros. En todo lo demás fluctúa como una gran pompa de jabón. En este país, quienes de verdad mandan son las compañías eléctricas, las del gas, las de los laboratorios farmacéuticos y la Banca. Y ello, porque son el refugio de la mayoría de los políticos cuando se les acaba la mamandurria del poder. Por eso suben exagerada e impunemente el recibo de la electricidad y el gas, sin controlar siquiera los contadores durante meses y meses, y de los medicamentos mejor no hablar. Y no digamos de las piruetas de los bancos para adelgazar nuestros ahorros cada día que pasa. Tienen patente de corso porque son el vertedero de la manada de inútiles egoístas que nos desgobiernan.
Todo lo antedicho es del dominio público y los españoles que trabajan -si pueden y encuentran dónde- no tienen más remedio que permanecer inermes ante un atraco económico tan visible, mientras a sus depredadores se les llena la boca de democracia, igualdad de oportunidades y amor al pueblo. Por eso, en ocasiones históricas a este pueblo, eterna víctima de tanto golfante disfrazado de político, se le revientan las narices y pasa lo que pasa. Ahora se está rozando el límite de aguante de los ciudadanos, y, si no se producen cuanto antes las adecuadas rectificaciones, esta vez las cosas pueden salirse de madre de manera espectacular. 
Y no me refiero solo a la  ruina económica sino a la ira larvada que provoca tanta injusticia en este país que se sigue llamando España pero que bien se podría llamar «La Casa de la Troya», porque vamos cada uno por nuestro lado mientras el concepto de nación se desmorona día a día. Ojo al parche.