La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgó ayer a un hombre que se enfrenta a 19 años de prisión y 720 euros de multa por robar, violar y causar lesiones a una mujer, el cual admitió haber quitado el dinero a la denunciante, pero dijo no recordar haberla violado, porque había bebido mucho.

El acusado, J.F., nacido en Gambia, en situación irregular en nuestro país, admitió que en la madrugada del 8 de septiembre de 2020, fue a la chabola donde residía la denunciante en la Carretera de Peñas, aunque pensaba que no era vivienda y encontró a la mujer fuera y la agarró de la ropa y le pidió dinero, negando que la hubiera cogido del cuello y que la mujer le hubiera rociado la cara con un spray.

En cuanto a la violación, aunque al principio negó haberla tirado sobre la cama, luego dijo no recordar lo que había hecho esa noche, porque había celebrado el cumpleaños de un amigo y había bebido dos botellas de vodka y algo más de alcohol.

Si que comentó que al día siguiente «sentí en mi corazón que no puedo hacer daño a las personas, ni a los animales, vi que había hecho mal y fui a pedir perdón».

Por eso el procesado fue de nuevo a la chabola y allí habló con la mujer, que actualmente tiene 69 años de edad, que fue la que le dijo que le había robado 20 euros. El procesado le pidió perdón y se ofreció a llenarle unas garrafas de agua en una fuente, a lo que ella aceptó, siendo detenido poco tiempo después. El acusado dijo no saber nada de la violación, hasta que se lo dijeron los policías tras ser detenido. 

La Víctima. Por su parte, la denunciante explicó que en la madrugada del 8 de septiembre escuchó ladrar a su perra, por lo que decidió salir para ver que pasaba y allí encontró al acusado que llevaba un trozo de madera en la mano, con el que intentó golpearla, momento en el que ella le roció la cara con un spray que llevaba, por lo que el procesado cayó al suelo.

La mujer llamó a la Policía. Los agentes le dijeron que no iban a ir que fuera a la Comisaría a denunciar, al día siguiente. Cuando colgó el teléfono, el acusado, que se había escondido la atacó. «Me agarró muy fuerte del cuello y me puso una sierra en el cuello».

Por el dolor del cuello «me medio desmayé» y el acusado la levantó y la llevó a la cama. Una vez allí cogió a la perra. «Me dijo que si yo no me dejaba que iba a matar a la perra». «El dinero se lo di después, su intención era violarme, eso ocurrió porque él quiso, era muy violento, como un animal». La mujer explicó que el acusado la tenía tumbada boca abajo y que la penetró vaginalmente, aunque en un momento dado ella consiguió resistirse y que él se separara, por lo que el procesado no eyaculó dentro de ella, sino por encima.

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