Abordan la «doble discriminación» de la mujer gitana

A.G.
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Cortes Muñoz repasó algunas figuras de referencia en la lucha «contra el machismo y el racismo» en una conferencia del ciclo 'La historia no contada'

Cortes Muñoz, conferenciante del ciclo 'La historia no contada'. - Foto: Arturo Pérez

El ciclo de conferencias  La historia no contada. Mujeres pioneras, organizado por el Ayuntamiento de Albacete y el Centro de la Mujer, continuó ayer en la Casa de Cultura José Saramago con la participación de Cortes Muñoz, graduada en Trabajo Social y técnica del Programa Calí de la Fundación Secretariado Gitano.

Muñoz planteó una charla para dar a conocer las circunstancias a las que se enfrenta la mujer gitana, comenzando con «una contextualización y un repaso a la historia del pueblo gitano desde una perspectiva de género, pasando después a poner ejemplos de referentes de mujeres gitanas, ejemplos de lucha y resistencia en diversos ámbitos» . A partir de ahí, habló del «tipo de discriminación que sufren las mujeres gitanas y nuevas formas de estigmatización, como la esterilizaciones forzosas que se han dado en diversos países europeos» y concluyó con una descripción «del feminismo romaní o feminismo gitano, como mecanismo de lucha contra los estereotipos».

Sobre este último aspecto, Muñoz destacó que «su característica principal es que no solo luchamos contra el machismo, sino también contra el racismo que sentimos como mujeres gitanas». «Supone una lucha constante ante dos realidades que no podemos separar y ante una doble discriminación que parte de ser mujeres y pertenecer a una minoría étnica que recibe la peor valoración social en Europa», añadía, detallando que «ese movimiento por la igualdad no es algo que haya comenzado en los últimos años sino que las mujeres gitanas han dado ejemplos de valentía y rebeldía desde que comenzó la persecución, siempre con el objetivo de dar una imagen real de la mujer gitana, libre de estereotipos». 

En cuanto a esos roles de referencia que desempeñaron mujeres de etnia gitana a lo largo de la historia, los asistentes pudieron conocer, por ejemplo, el caso de Sofía Kovalévskaya, «una gran matemática y que fue la primera mujer que consiguió plaza de profesora universitaria, en 1891».

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