Globalcaja celebró ayer su Asamblea General en el Palacio de Congresos de la capital albacetense, la segunda que la entidad realiza bajo estrictas medidas de prevención del Covid-19. Y es que la pandemia marcó el devenir de la cooperativa financiera, que supo adaptarse a las circunstancias tan complicadas. De hecho, el ejercicio 2020 se cerró con unos beneficios de 35,8 millones de euros, de los que 30,7 millones se destinaron a reservas, mientras que el resto fue a parar a su Fondo de Educación y Promoción, ya que hay que recordar que la entidad cumple con una «importante» acción social, como manifestó su presidente, Carlos de la Sierra. Es más, en un contexto de contracción del sector financiero, Globalcaja mantuvo abiertas sus sucursales y en los momentos más duros de la pandemia, el 95% de las oficinas prosiguieron con su servicio a los clientes. Además, durante el año pasado, generó empleo a través de la creación de 42 nuevos puestos de trabajo y el índice de contratación indefinida permanece por encima del 90% de la plantilla en la actualidad.

Con estas cifras, el director general de Globalcaja, Pedro Palacios, manifestó sentirse «optimista» cara al futuro y augura una modernización del sistema económico para desarrollar «un modelo más sostenible, digital e inclusivo». En palabras del director general «Globalcaja será clave para canalizar las ayudas europeas y que lleguen a las pymes de nuestra tierra, que son el motor de nuestra actividad económica».

La cooperativa de crédito es la referencia autonómica del sector y la marca más reconocida en Castilla-La Mancha y no lo es por casualidad, sino por el trabajo diario que desarrolla la entidad sobre el territorio en el que se encuentra implantada. La cercanía es una de las fortalezas y su modelo de negocio se caracteriza por dar un servicio personalizado a los clientes de los sectores más diversos. Globalcaja tiene una implantación mayoritaria en el sector agropecuario de la región y de algunas otras provincias limítrofes, pero no se limita a ese sector, que fue el origen de la entidad, sino que aporta soluciones a las empresas más diversas que sostienen la economía castellano-manchega. Y en esa apuesta decidida por la tierra, Globalcaja no escatima esfuerzos en innovar y adaptarse a un entorno enormemente cambiante, con la irrupción de las nuevas tecnologías y otra forma de hacer banca que, a la postre, no supone más que ofrecer los nuevos soportes al cliente, aunque siempre con las bases tradicionales de la entidad, como son confianza, compromiso, solvencia y liderazgo, pero sin dejar atrás a nadie, porque, en definitiva, el modelo de gestión está basado en las personas.