Ramón Bello Serrano

Ramón Bello Serrano


Panceta

15/05/2021

En la vida todo es liturgia -sin liturgia el credo pierde pie-. Si uno se acerca un domingo a la terraza de El Volante, en Chinchilla, en torno a las 11 de la mañana, comprenderá algo de lo que quiero decir. Hay algunas mesas tomadas por ciclistas donde es fácil distinguir a quienes llevan motor y a quienes no. Hay mesas muy a la sombra y algo tristonas, donde estaciona el viajero como un deber, consume un café cortado o una pobre infusión. Otras mesas hay de grande libertinaje -parecen las bodas de Camacho-, hasta que uno se fija, no por casualidad, en una mesa en la que toman asiento corredores (a menudo son los mismos) defensores de un valor supremo, que lo han rendido todo (cansancio y atrasado sueño) y que la noche del sábado se conjuraron por un bocadillo de panceta -algunos la llaman tocineta tal y como los corredores llaman a las pollas de agua, gallinetas, al trazar el circuito del canal de María Cristina -donde puede rematarse la carrera por los puentes del cementerio o por el circuito del perro-. No quisiera desviarme del asunto -pero lo cierto es que se han seguido otros recorridos por la panceta que merecen data: el del árbol de Segura o el de la rueda de Blas- así que volvamos a las autoridades. Los testimonios a favor de la panceta, al decir de Lorenzo Millo, son legión, desde Mnisteo de Atenas, Calícamo, Antífanes y Ferecrates -Arquestrato, doctor en gastronomía griega, determinó el grado de salazón, adobo o manteca, según fuere el tocino cortado-. De ordinario la carrera no ha de ser broma (10.000 metros es lo mínimo para optar al tocino) y se corre bajo cero, con lluvia y nieve, y con fuerte calor -en ocasiones se ha de subir el escorpión, cuando se pretende más de una mitad de bocadillo-. El pasado sábado y respetando las intimaciones sanitarias volvimos a celebrar la liturgia: 11.000 metros pasando las gallinas y subiendo tras dejar la senda de los conejos, también llamado circuito llano con cierta retranca. Y a la mesa: Juan Carlos Segura, Javier Martínez, Rodrigo Pérez, Juan Camarasa, Dionisio Verdú, Ángel Plaza, Manuel Poveda, Blas Soriano, Sebastián M. Gómez, Pedro Antonio García León, el firmante y confirmándonos a todos, José Manuel Ortuño, con sobradas fuerzas.