Al cierre de esta edición de La Tribuna de Albacete, la Feria Internacional del Queso de Albacete (Fiqab) daba sus últimos coletazos y lo hacía en loor de multitudes, porque sólo de éxito se puede calificar este evento que llegó para quedarse. 

Las instituciones habían acometido varias intentonas, pero ninguna alcanzó los niveles de la Fiqab. Las razones pueden ser varias. La principal causa del éxito de Fiqab está, sin duda alguna, en la materia prima que existe en Castilla-La Mancha. Es el territorio que más queso produce de todo el país, sobre el 75% de la producción total, y su calidad es reconocida tanto en el mercado nacional como en los internacionales, donde goza de un prestigio universal ganado después de décadas de esfuerzo y trabajo callado.

Pero a esta materia prima se le ha unido durante estos días la idoneidad de la ubicación: el Recinto Ferial. En esta edición inaugural, los expositores se instalaron en el anillo central del Recinto Ferial, pero, sin duda, la puesta en escena en el rabo de la sartén contribuyó a que Fiqab fuera un éxito y no es un hecho subjetivo. La mayoría de las queserías presentes realizaron ventas elevadas y los productores estaban altamente satisfechos de los contactos hechos durante los últimos días. La idea que siempre tuvo el alcalde, Emilio Sáez, de aprovechar el Recinto Ferial para diversos eventos comienza a dar sus frutos y este espacio, antes sólo abierto durante los 11 días de Feria, en la actualidad da mucho juego para organizar diversas iniciativas que, además, gozan de un marco incomparable. Seguro que son muchos los productores que el próximo año se animan a participar, una vez que la Fiqab ya comenzó su andadura.

Como todo en la vida, los inicios son duros y llenos de errores. Una de las cuestiones a mejorar para próximas ediciones de la Fiqab es la coincidencia de actividades en la ciudad. Durante los días de la Feria Internacional del Queso, en Albacete concurrían el festival de cine Abycine, la Noche Mágica del comercio y el inicio de la Ruta de la Tapa. Si la Fiqab tiene aspiraciones de convertirse en el Fenavin del queso, eso supone que crecerá exponencialmente y los profesionales del sector, además de visitantes particulares, demandarán un número importante de plazas hoteleras. Con tantos eventos simultáneos, el sector hotelero hoy por hoy no tiene oferta suficiente para absorber todas la peticiones. Habrá que buscar un lugar en el calendario para encajar esta feria.

En definitiva, salvo algunos detalles como el hotelero, la Fiqab vivió un nacimiento sin mayores complicaciones y con un éxito de público y de negocio, que al fin y al cabo es lo más importante para el sector y para la ciudad.