El último viernes de junio la Biblioteca Pública del Estado en la capital albacetense, al igual que ha pasado con el resto de entidades bibliotecarias dependientes de la Junta, recuperaba la mayoría de los servicios que venía prestando hasta la declaración del estado de alarma aunque, como comenta su director, Juan Manuel de la Cruz, con las limitaciones de aforo y las medidas de seguridad necesarias y acordes, por otra parte, con sus instalaciones y características.
Esta vuelta a la normalidad supone no sólo que en la BPE sea de uso obligatorio la mascarilla en todo el edificio y del gel hidroalcohólico a su entrada o que se haya tenido que cambiar hasta nuevo aviso su horario de apertura de 9 a 14 horas por la mañana y de 16 a 21 horas por la tarde, de lunes a viernes, con limpieza entre una y otra franja horaria del inmueble, recuerda De la Cruz, sino también tener que mantener la distancia personal establecida o evitar permanecer en los lugares de paso más allá de lo necesario.
Ademas, el aforo se ha reducido un 70%, los puestos de consulta de internet están cerrados al público, los menores de seis años no pueden acceder al interior, la bebeteca igualmente está cerrada y en lo que es la sala infantil la única parte abierta es la correspondiente a los mayores de ocho a 14 años. Asimismo pensando en que no haya aglomeraciones en su interior, el tránsito se ha organizado vía un circuito previamente establecido y se han establecido los siguientes límites de asistencia a los servicios de mediateca (cinco personas); préstamo adultos (10 personas); hemeroteca (ocho personas) y sala de consulta (75 personas). Sea como sea, no obstante, el movimiento de gente es continuo con una media desde ese 26 de junio al día de hoy de entre 250 y 300 personas al día.
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