Con la medalla número 34  en la categoría de Ciencias Afines, la catedrática Mairena Martín López acaba de ingresar como nueva académica de número en la Academia de Medicina de Castilla-La Mancha.  Profesora de las facultades de Medicina y Enfermería del campus de Ciudad Real, dentro del Departamento de Química Inorgánica, Orgánica y Bioquímica y con más de tres décadas de experiencia investigadora en el ámbito de la Biomedicina, en concreto en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, su incorporación a este órgano es más que merecida. Yademás lo hace por la puerta grande al tener el honor de ser la primera mujer en tomar posesión de su sillón.  

¿Ser la primera mujer académica debe ser una gran satisfacción?

Sí, la verdad es que no era consciente, pero técnicamente es así. Me siento orgullosa y honrada de que hayan podido contar conmigo, para entrar en un sitio como es la Academia de Medicina de Castilla-La Mancha. Estoy muy contenta.

¿Qué le gustaría aportar a la institución científica?

Evidentemente mi experiencia a nivel investigador. Llevo investigando más de 30 años en el ámbito de la Biomedicina, concretamente en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, y dentro de éstas sobre la enfermedad de Alzheimer. Mi conocimiento al respecto en investigación y como coordinadora de un programa de doctorado de la UCLM en Ciencias de la Salud, en el que están implicados muchos médicos y profesionales de las facultades de Medicina y Enfermería. Intentaré aportar mi granito de arena en todo lo que se me requiera.

¿Su charla de entrada en la Academia La enfermedad de Alzheimer, un puzzle molecular que, un siglo después de ponerle nombre, sigue sin resolverse parece no invitar al optimismo?

Comencé mi conferencia hablando que justo con el aumento de la esperanza de vida en la población pagamos un tributo y es que aparecen enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, que a día de hoy no tienen ningún tipo de tratamiento curativo, pero sí sintomático. Y dado además que la enfermedad de Alzheimer aumentará su incidencia en años venideros, es una tremenda lacra para la sociedad en general, los enfermos, las familias y los cuidadores, y yo estoy, al igual que otros muchos investigadores del campo, intentando dilucidar la causa de la enfermedad, e intentando buscar posibles biomarcadores de diagnóstico precoz y diferencias y nuevas estrategias terapéuticas. Hemos avanzado, pero no lo hemos conseguido, es dura la enfermedad, porque no la pillamos, no sabemos la causa de esta demencia.

¿Esta demencia y las muchas líneas de investigación que hay abiertas al respecto hace que goce de mayores fondos que otro tipo de proyectos científicos?

La financiación es crucial, porque sin ella no podríamos avanzar. Es imprescindible para el avance de una sociedad, de un país, que se priorice la financiación para la investigación. Es más, la investigación en las áreas de medicina, la química y la biología molecular es cara, porque requiere de un equipamiento y una infraestructura que es costosa, además del capital humano. Yo no diría que estás más favorecida la investigación de las enfermedades neurodegenerativas que otros tipo de líneas en el ámbito biomédico.

En general los recursos a nivel de investigación son bastante limitados. Mi grupo de investigación llevamos mucho tiempo trabajando y ha habido momentos muy duros, que no teníamos dinero para investigar, e incluso hemos pagado cosas de nuestro bolsillo.  El problema es que las convocatorias tanto del plan nacional como de la Junta en ese momento de mayor recesión eran más limitadas. Se necesita mucha financiación para ciencia, y eso se ha visto patente en el caso del Covid, donde se ha demostrado que cuando se hace un esfuerzo inversor mayor en investigación los resultados son más rápidos y mejores. 

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