«Aluex corre el riesgo de desaparecer»

Antonio Díaz
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Carmen Rosa Martínez Orellana deja la presidencia de la Asociación Aluex por decisión propia, que comunicó en la última reunión de la Junta Directiva, aunque todavía continúa en funciones hasta junio

Carmen Rosa Martínez Orellana. - Foto: Arturo Pérez

Carmen Rosa Martínez Orellana deja la presidencia de la Asociación Aluex por decisión propia, que comunicó en la última reunión de la Junta Directiva, aunque todavía continúa en funciones hasta junio. La ya expresidenta comentó a La Tribuna de Albacete sus sensaciones en estos años al frente de ese proyecto. 

Usted, que estudio Pedagogía, ¿cómo llegó a Aluex?

Así es, hice Pedagogía en Sevilla, pero me faltaban dos asignaturas cuando me casaron. Viví en Madrid y estuve en un centro en Somosaguas, modélico en cuanto a la pedagogía moderna y allí trabajé unos años. 

Recuerdo que vine en las vacaciones que nos dieron cuando murió Franco, porque me casé con un albacetense. Estuvo destinado en Logroño y cuando se estaban haciendo aquí las universidades laborales, me trasladé, creo que llegué definitivamente el 1 de enero de 1976. Además vivían aquí mis hermanas. Monté un Jardín de Infancia en la Carretera de Jaén, que se llamaba Bambino y que tuvo mucho éxito y después me separé. Posteriormente, estuve en Educación de adultos en Santa Ana, dos cursos, después trabajé en el Ateneo y posteriormente estuve dando clases en prisión, en el módulo de mujeres y después de hombres, otros dos cursos, aunque recuerdo que era una enseñanza a la carta y muy duro, sería en al año 1987-88. Cuando Antonio Motas me ofreció trabajo, porque sabía que yo lo estaba pasando muy mal, al ampliar su gestoría del Altozano, no lo dudé y allí estuve  hasta la jubilación, 22 años. 

¿Y se incorporó a Aluex?

Después de un verano de descanso, no quería pasar el tiempo sin hacer nada y Juani Parra, que es amiga mía, me animó a incorporarme a la Universidad de la Experiencia, sería en 2001. En esa época, recuerdo que José Luis me pidió que me hiciese socia de Aluex y así lo hice. Tenían entonces su sede en la quinta planta de la Biblioteca Pública. Claro, cuando me hago socia de algo, me gusta saber dónde me he apuntado y participar. Así que empecé a asistir a las reuniones. Estuvo como presidenta Pilar Moreno, después Marisa Cuéllar, José Luis, Paco Cárceles, pero yo en esos momentos solo asistía como oyente a las juntas, unos cuatro años. Cuando se fue la junta gestora que tenía Aluex, yo me presenté y  salí de presidenta en 2013 y tomé posesión en la antigua CCM, en el último curso que se hizo allí. Recuerdo que escribí un libro, Los 10 años de Aluex, que presenté en el Ayuntamiento, pero todavía no era presidenta de la asociación. 

Su paso por la presidencia de Aluex  supuso un cambio significativo. 

Creo que sí, porque Aluex ha ido creciendo con los años. Empezamos fuerte con internet porque, con motivo de la pandemia, cuando hicimos el traslado de la Biblioteca Pública a donde estamos, el espacio que nos cedió Fundación Campollano, Estala Molina y yo nos dedicamos todo un verano a cambiar de papel y apuntes a ordenador. Bueno, han pasado varias Juntas Directivas y llegó un momento en el que empezamos con una programación formal. Cuando se cerró la caja, como nos quedamos sin espacio para las conferencias, me fui a Diputación, cuando empezaba Santiago Cabañero. Después de presentar toda la documentación, el propio presidente, en 2015, nos dio todas las facilidades del mundo, nos puso el salón de actos a nuestra disposición y todo lo que necesitáramos, desde cartelería a grabaciones.  

¿Por qué decidió dejar la presidencia de Aluex?

Bueno, llevo nueve años en la presidencia y cuatro en la Junta Directiva y hace 15 que me jubilé. Creo que ya he cubierto mi etapa y soy consciente de que aquí uno no se puede eternizar, igual que soy consciente de que mi resistencia lo nota. Siempre he estado inventando cosas, pero los dos años de la pandemia, han sido muy duros, posiblemente me haya quemado y estoy cansada. Tengo que decirte que ni en pandemia, en lo más duro, lo dejamos, mantuvimos la programación, porque Santiago Cabañero nos animó a reinventarnos y puso la Diputación a nuestra disposición, así que terminamos el primer curso de la pandemia a través de una revista, con las conferencias que quedaron pendientes. Detrás del ciclo de conferencias y los cursos, hay mucho trabajo, de verdad.  

¿Ahora mismo, está en funciones al frente de la asociación?

Así es, como los políticos, porque no se presentó nadie para asumir la presidencia, así que hasta el 30 de mayo que terminan las actividades, estaremos en funciones y después, hasta el 15 de junio, nuestro abogada nos dijo que podemos estar, si no se presenta nadie a la presidencia, el siguiente paso es la disolución de Aluex, aunque otra posibilidad es la absorción, pero en eso nadie estaba de acuerdo. Así que, si no se hace nadie cargo de la presidencia, hasta el 15 de junio, Aluex corre el riesgo de desaparecer y nosotros lo que queremos es seguir siendo una asociación autónoma. 

¿Mereció la pena estar al frente de la asociación estos años?

Sin duda, ha merecido la pena y así terminé expresándolo a en la última Junta Directiva. Les agradecí a todos su ayuda y es cierto que si hay una nueva presidenta, tiene que ser muy diplomática, apolítica, tiene que tener un poco de ingenio y, como es natural, contar con una Junta que le apoye. Necesitamos una persona  en la presidencia con mucha paciencia, eso es muy importante. A mí, nunca me ha gustado mandar, ni sé mandar, pero siempre me ha gustado hacer muchas y distribuir el trabajo. Nosotros, la asociación, siempre, nuestros distintos programas, conferencias y actividades se las hemos presentado a todos los grupos políticos, que nos han apoyado desde el primer momento.