El mundo del arte analizó el 'tsunami' que supuso el Covid

A.D
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El salón de actos de la Diputación acogió una jornada para poner en marcha un estatuto y planificar la carrera profesional tras la pandemia, en una actividad organizada por Trabajo

Un momento de la jornada sobre la situación cultural, que se desarrolló en el salón de actos de la Diputación. - Foto: Rubén Serrallé

El salón de actos de la Diputación acogió la jornadas, El estatuto del artista y del trabajador autónomo: autores y artistas. Planificación de la carrera profesional en un contexto post-Covid-19. Una actividad patrocinada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y organizadas por la Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español, con participación  de la Sociedad General de Autores y Editores SGAE, la Fundación SGAE, la Confederación de Artistas Conarte, la Asociación de Profesionales de la Danza de la Comunidad de Madrid y la Plataforma en Defensa de la Cultura.

La ponencia contó con las intervenciones de Javier Campillo, músico, autor, presidente de FEMA y de la Plataforma en Defensa de la Cultura; Francisco del Barrio, graduado social, asesor de CIAE y EDA, autónomos y asociaciones culturales; César Casares, bailarín, presidente de Apdcm y secretario general de Conarte; Iván García-Pelayo, director de Relaciones Institucionales de SGAE; y Sara Mora, abogada laboralista.

César Casares, secretario general de la Confederación de Artistas Trabajadores del Espectáculo comentó a La Tribuna de Albacete que «el Covid-19 ha cambiado absolutamente el mundo del arte, es un tsunami que, por el momento lo ha barrido todo, luego hay que ver cómo reconstruimos lo que queda».  

Casares resaltó que el cultural «era un sector que no se había recuperado nunca de la crisis de 2008 y no hay nada más que ver las cifras de contratación. La Federación de compañías de Danza hizo un estudio económico y las conclusiones fueron que desde 2008 se han reducido en un 80 por ciento los ingresos por caché y sin embargo se mantuvo el mismo volumen de actividad y además, de repente llegó el Covid y lo barrió todo».

Sobre la planificación de la carrera del profesional del mundo de la cultura, comentó el secretario general de Conarte, «el Covid va a sacar a muchos artistas del marcado laboral, como ya hizo la crisis del 2008, la cuestión es que sentemos las bases, de una vez por todas, para afrontar problemas endémicos del sector, que llevan coleando años. Lo que demostró la pandemia es que ha hecho reventar situaciones que ya eran insostenibles. Se hablaba de 700.000 puestos de trabajo, pero no se decía que eran temporales y precarios; se hablaba de un 3,2 por ciento del PIB, y sin embargo el estudio de la Sociedad de gestión de los derechos de los intérpretes dice que solo el tres por ciento de los profesionales cobran más de 12.000 euros al año, lo que nos dice que en este sector el mileurista es un privilegiado; y todo esto es algo que tenemos que empezar a cambiar, porque tampoco tenemos un sistema de reconocimiento de intermitencia, ni un sistema de apoyo a la transición profesional o reconocidas nuestras enfermedades profesionales y, todo eso son problemas que han hecho que esta situación del Covid haya dejado al borde de la exclusión social a muchos artistas».

Propuestas.

Así, comentó, hoy tenemos un informe de una subcomisión que hace 75 propuestas de mejora y «actualmente solamente se han aprobado cinco medidas cortas, con desarrollos parciales y me gustaría resaltar que desde Conarte no pedimos privilegios, pedimos un reconocimiento de nuestras especificidades y hacemos propuestas sostenibles para el sector, como la de intermitencia; no pedimos más de lo que tienen reconocido los trabajadores del mar o el desempleo agrícola».

Confirmó César Casares que «a los artistas se nos da de alta por día de trabajo y en países de nuestro entorno hay posibilidades de entrar y salir del paro de una forma mucho más flexible. Los artistas, por el Covid, con compromisos de trabajo, no podían pedir el paro ante el cierre de los teatros, aunque se habilitó un acceso extraordinario. No estamos pidiendo privilegios, solo un reconocimiento de nuestras especificidades y tener acceso a los mismos servicios sociales que el resto de la población».

El futuro tras la pandemia para el sector, apuntó César Casares, pasa por reformas «relativamente sencillas porque se acaba de aprobar la ley de educación en la que presentamos enmiendas, porque los profesionales de las artes escénicas no tienen recocido un perfil profesional en el Catálogo Nacional de Cualificación».