Editorial

Los partidos encaran la precampaña con más consignas nacionales que locales

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La precampaña ha tomado durante este fin de semana un impulso casi definitivo ante la proximidad de las elecciones de mayo, dado que casi todos los partidos de implantación nacional han desarrollado a lo largo de las últimas 48 horas una actividad muy superior a la del último trimestre del año pasado. A excepción de Vox, al que le ha bastado para captar la atención de la ciudadanía estos días el polémico protocolo antiabortista de Castilla y León, tanto PSOE como Partido Popular y Ciudadanos han marcado de manera clara el comienzo de este proceso que en poco más de cuatro meses habrá de marcar el camino hacia las elecciones generales. Incluso la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha reactivado la hoja de ruta de su plataforma, Sumar, con un acto en Barcelona que podría tomarse en consideración como termómetro para medir su fuerza tanto hacia fuera como hacia dentro, en el espacio a la izquierda del PSOE, en el que rivaliza con Podemos.

Socialistas y populares, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, se han empleado a fondo en Sevilla y en Zaragoza, respectivamente. Y aunque ambos actos tenían por objeto dar el espaldarazo a candidatos que ambas formaciones presentarán para gobernar ayuntamientos y comunidades autónomas a partir del próximo 28 de mayo, los dos líderes aprovecharon cada uno de sus convenciones para lanzar consignas que tenían más que ver con la pugna que ambos protagonizarán por presidir el Gobierno de la nación a finales de año que con aquello que se pondrá en juego dentro de cuatro meses. Por tanto, se ha confirmado el elevado riesgo de devaluación del debate político del proceso electoral más cercano. Deberían ser meses en los que los ciudadanos conocieran las propuestas de sus partidos para sus pueblos y ciudades, pero estos asuntos van a quedar en un segundo plano, opacados por la estrategia de los partidos de centrar los mensajes en clave nacional. En el caso del Partido Popular lo dejaron claro Feijóo y sus candidatos en la cita de Zaragoza, donde sin titubeos afirmaron que el 28 de mayo se vota a Sánchez, como si importase poco o nada la gestión, buena o mala, que los alcaldes o presidentes autonómicos hayan desarrollado en esos niveles de la Administración del Estado más cercanos a la gente. Exactamente lo mismo que el PSOE, que centra su campaña en erosionar la imagen del líder gallego del PP y anticipar los riesgos que, según Sánchez, conllevaría para España que Feijóo tuviera que necesitar los votos de Vox para gobernar Y para ello realizar concesiones en contra derechos y libertades sociales. 

La refriega política entre las dos grandes fuerzas está servida en estas claves nacionales y nada o casi nada va a poder evitarlo. De hecho, el resto de formaciones ha emprendido el mismo camino. Ciudadanos, con una dirección renovada aunque continuista que difícilmente va a suponer la salvación del partido, enfocará esta campaña por el mismo rumbo que PSOE y Partido Popular, tratando de recuperar la centralidad con ataques a los líderes nacionales a izquierda y derecha. Vox, con más fuerza política hoy que Ciudadanos, tiene además la dificultad de que sus estructuras territoriales no tienen el desarrollo suficiente como para poder plantear una campaña por lo local y autonómico. Por ello, desgraciadamente, se atisba una campaña para elegir alcaldes y presidentes sin hablar de pueblos, ciudades y comunidades.