De la pérdida a un sinfín de trámites

EFE
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Los hijos huérfanos viven una gran pesadilla a la hora de afrontar el crimen de una madre

De la pérdida a un sinfín de trámites - Foto: Imagen de yanalya en Freepik

La difícil realidad que sufren los hijos de las víctimas de violencia machista deja una profunda huella que no se puede borrar nunca, además, de un auténtico calvario por los interminables y costosos trámites burocráticos y judiciales que hay que seguir. Una herencia muy ingrata y desagradable que el asesino deja a los menores de los que tiene que ocuparse normalmente su entorno más cercano mientras afrontan la pérdida traumática de una madre en muchas ocasiones a manos de su propio padre.

«Una pesadilla», así define Inma las citas administrativas, papeleos y cuestiones judiciales por las que ha tenido que pasar desde el 20 de abril de 2018 cuando el exmarido de su hermana la mató a ella y a su madre en Vitoria tras quemar el piso en el que vivía la víctima junto a los dos hijos en común, de ocho y doce años en ese momento. Cuando el Gobierno Vasco prepara un decreto para que los huérfanos de la violencia machista reciban una ayuda de 5.000 euros anuales, Inma asegura que este dinero llega tarde y, además, reclama que se prolonguen hasta los 25 años.

Las cosas han cambiado, con mejoras normativas como el reconocimiento de estos huérfanos como víctimas de la violencia machista, el incremento de las pensiones que les quedan, y la aprobación de la ley que mejora su protección. Sin embargo, piden al Gobierno más ayudas económicas y sociales, así como una legislación con una mayor sensibilidad con estas personas.

«Desde el momento que hay que pedir la custodia de los niños y que se le retire al padre comienza la pesadilla burocrática y judicial que todavía no hemos terminado», lamenta Inma, quien explica que fue su hermano, el que se hizo cargo de los pequeños, de los que toda la familia paterna se ha desentendido.

Su familia asumió desde el primer momento todos los trámites y todos los gastos y su hermano vio mermados sus ingresos al tener que acogerse a una reducción de jornada a la vez que aumentaban sus gastos. «Su padre les quemó el piso. Destruyó todas sus cosas. Ni ropa tenía la pequeña para ponerse al día siguiente», afirma.

Y a esto, se suma la demora que se produjo para intervenir los bienes del asesino de su hermana y de su madre, condenado a 47 años de cárcel, cuatro años después del doble crimen. «Tuvo tiempo de vender un piso, un coche y de sacar el dinero de su cuenta antes de que se la congelaran. Si te deshaces del dinero eres insolvente y no pueden indemnizar a nadie», denuncia.

Inma y su familia tienen la impresión de que se podría hacer más para que estos asesinos se hagan cargo de parte de esos gastos y de las indemnizaciones con el embargo por sistema de sus pensiones.

«Muchos huérfanos son acogidos por abuelos con pensiones mínimas» e, incluso, «tienen que asumir el pago de las hipotecas de las viviendas de sus padres».

Simplificación

La nota positiva en medio del dolor, del tiempo y del dinero empleados es que estos niños han estado arropados por familia y amigos que «se han volcado con ellos». Inma insiste en que se simplifiquen todos los trámites para no tener que «ir de institución en institución contando la misma historia». «El esfuerzo ha costado mucho», concluye tras un año 2022 que se ha saldado en España con 49 mujeres asesinadas y 38 huérfanos.