Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Yolanda Díaz, la vice de los líos

15/11/2021

En el accidentado acto convocado por Yolanda Díaz en Valencia, al efecto de poner en marcha su plataforma electoral para 2023, se evidenciaron los síntomas de fractura que sacuden ya a Podemos. La vicepresidenta Díaz reunió en un encuentro feminista, de marcado cariz propagandístico, a algunas de las dirigentes que en su momento cabe pensar que se sumarán a sus filas. Ada Colau, Mónica Oltra, la anfitriona, y Mónica García, la famosa Mónica y Madre de Más Madrid. Todas ellas, con un tirón popular en franco declive. Ni rastro de alguna de las representantes de Podemos en el Gobierno. Ni Irene Montero ni Ione Belarra habían sido convocadas al cónclave. La distancia entre Díaz y sus compañeras de Gabinete ya ni se disimula ni se camufla. Es una realidad palmaria y creciente.
Tras la salida de Pablo Iglesias, de Unidas Podemos no queda ni rastro de lo primero ni posibilidad de lo segundo. Es una formación en avanzado estado de decrepitud cuyos votantes podrían ser absorbidos por ese 'Frente Amplio' con el que Díaz se prepara para dar la batalla electoral de las próximas generales.
La vicepresidenta y ministra de Trabajo ha conseguido situar su nombre y su cartel entre los más valorados del panorama político nacional a base de una presencia intensa y muy cuidada, un look elegante y atractivo, unas maneras ponderadas y un afán de protagonismo sin disimulos. Su gestión es un dolor de cabeza constante para la parte socialista del Ejecutivo, en especial para la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, con quien se las tuvo muy tiesas en las negociaciones de la reforma laboral y ahora ocurre lo mismo con el ministro Escrivá en cuanto a la de las pensiones.
Díaz, huelga decirlo, trabaja más para su proyección personal que para dotar a nuestro país de una estructura económica sólida y una realidad de empleo medianamente presentable. Ni salimos más fuertes de la pandemia ni los pasos que se están dando conseguirán recobrar cuanto se ha perdido. Estamos ya en el pelotón europeo de los torpes, a punto de perder el tren de la recuperación, anhelantes tan sólo de los dineros de Bruselas, que llegan rebosantes de condiciones y exigencias, como no puede ser de otra forma.
Sánchez tiene las orejas cansadas de escuchar a sus ministros socialistas reproches de todo tipo sobre la severa y arrogante actitud de Díaz. Poco puede hacer el presidente del Gobierno, que necesita el respaldo de Podemos para seguir cómodamente en el sillón de la Moncloa. El principal problema es para este país, con un Gabinete integrado por un conjunto de elementos que, hasta ahora, tan sólo han dado muestras de ineptitud superlativa. Díaz es un factor desestabilizador para Sánchez pero no hay que olvidar que Sánchez lo es para España. El escenario actual es un laberinto desbordado de convulsiones que sólo anuncia un horizonte desalentador.