«No escribir, para mí, es como no respirar»

A.D.
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«'El gen de la isla', que se incluye, lo ha publicado 'Barcarola'»

El escritor Antonio Magán. - Foto: Nieves Milagros Martín

Antonio Magán está de vuelta. El periodista y escritor albacetense, autor de  Retratos y Agotado de esperar el fin, regresa con otro título provocador, 83 cuentos de mierda. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta colección de relatos.

¿Ese, 83, es el número de cuentos que recoge?

No, en realidad son algunos más, pero pensamos que era un número raro, extraño, y quedó así. En realidad son historias que fue escribiendo en un año, desde el 15 de marzo de 2020 hasta el 19 de marzo de 2020. Luego, hay un cuento inédito, que  hice después, Los incapacitados. 

¿No son inéditos?

No se habían publicado, pero los fui colgando en Facebook. Es una historia peculiar, no es un libro normal, porque algunos no son cuentos, a veces son historias de 10 líneas o movidas que me han pasado. Son muy diferentes. 

La historia es la siguiente, estaba muy mal en febrero de 2020, a nivel de no tener ilusión por nada en la vida. Entonces, el 15 de marzo, confinamiento y me veo, además de jodido, con la tienda cerrada. Se me cayó el mundo encima y me puse a escribir después de 14 años sin tocar casi nada, sin ilusión. Entonces, escribí El almendro, sobre mis experiencias del cultivo del almendro en Tobarra, lo colgué en Facebook y la gente empezó a leerlo. Al día siguiente hice lo mismo, otro cuento, hasta el 7 de mayo, sin parar.   Muchos amigos, a las nueve, ya me pedían el cuento. De mis experiencias como periodista hay algunos también, con historias muy cómicas, pero también muy amargas. Fue un ejercicio que me salvó, de verdad.   

Al final volvió a su pasión, a  la escritura.

Sí, incluso está recomendado en terapias. Realmente, yo he nacido para escribir, para mí eso del folio en blanco es una gilipollez, no tengo problemas, el caso es elegir la historia, pero me vienen a la cabeza continuamente y estaría escribiendo todo el día.  Es verdad que he estado 14 años sin escribir, lo dejé y casi me cuesta la vida. No escribir, para mí, es como no respirar. 

Aunque recogió en dos obras anteriormente sus artículos periodísticos.

Sí, pero eran artículos escritos entre 1998 y el 2000 y los cuentos de Agotado de esperar el fin estaban escritos muchos años antes de la publicación, no había vuelto a escribir. Ahora sí.

¿Cómo son esos cuentos nuevos?

Algunos muy sencillos, sólo importaba que saliesen las historias, no me importaba el estilo. Eso sí, paré en mayo porque estaba agotado, seguí trabajando claro. De repente, en septiembre volví, con historias de otro tipo, con una gran libertad, ficción, distintos géneros, incluso una nueva versión de El Quijote en La maldición de Doré. Hay uno que me gusta mucho, sobre una invasión marciana de Albacete, que dediqué a José Luis Cuerda o El gen de la isla, que se incluye pero lo ha publicado también Barcarola, donde me tratan de maravilla, cuando se enteraron que había vuelto a escribir me pidieron algo para la revista. Estoy muy agradecido a Barcarola, hacen un trabajo fenomenal.

¿Por qué cuentos de mierda?

Un poco para reírme de las veces que nos hemos jodido la autoestima en la vida, pero realmente creo que son unos cuentos muy bonitos, emocionantes, los hay también muy sangrientos. Pablo Gallardo, que me conoce muy bien y me ha hecho la portada, sabe que me gusta  escribir  a máquina y ahí está. Luego, el 15 de marzo, cuando empecé, la gente estaba peleando en España por los rollos de papel higiénico,  con todo hizo esa portada tan buena.

 ¿Lo presentará?

Sí que me gustaría presentarlo en Albacete, claro que sí, pero como somos algo dejados, no hemos visto el sitio aún. Te diré, esto no se hace para ganar dinero y lo bueno que tiene el libro es la libertad, para diseñarlo y escribirlo. Me apetecería  presentarlo en septiembre, porque me gusta conocer a mis lectores., por lo menos a los de Albacete, si van a la presentación claro. 

¿Qué planes tiene?

Me voy a atrever con una novela, ya lo tengo todo pensad, porque lo único que me hace feliz es escribir.