En la mesa con Santo Domingo de Guzmán

Javier Avilés
-

Se cumple el octavo centenario de la muerte del clérigo nacido en la localidad burgalesa de Caleruega, que fue el fundador de la Orden de los Predicadores (Dominicos)

Imagen de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Albacete. - Foto: Diócesis

E l 6 de agosto de 1221 moría en Bolonia Domingo de Guzmán. Había nacido en Caleruega (Burgos) el año 1171. Sacerdote, predicador y fundador de la Orden de los Predicadores (Dominicos). De estudiante y joven clérigo en Palencia mostró un espíritu compasivo y misericordioso, solícito con los pobres y los enfermos. Cuando predicó contra los albigenses empleó como mejor argumento el testimonio de su coherencia con el Evangelio. No entró a caballo ni con las armas, sino descalzo y con la palabra, con un estilo de evangelización propositivo y no impositivo, más basado en la fuerza de la gracia de Dios que en la de los propios medios. Por desgracia, ese espíritu de diálogo con las ideas contrarias, no siempre ha prevalecido ni en la historia de la Iglesia ni en la de las grandes ideas políticas.

Con motivo de este aniversario, ochocientos años, el papa Francisco ha concedido a la familia dominica un año jubilar. La orden dominica ha elegido de lema para este año jubilar En la mesa con santo Domingo, inspirándose en una tabla pintada en 1234 (La tabla de la Mascarella, iglesia de Santa María de la Mascarella, Bolonia) en la que aparece una comunidad dominica sentada en el refectorio y presidida por santo Domingo, en el que tal vez sea un retrato original del santo. En esta invitación a sentarse a la mesa con el santo de la predicación, la entrega al Evangelio y la comprensión comunitaria de la fe cristiana, resuena el carácter apostólico de su modelo de Iglesia, reflejado en la fundación de los dominicos y tan acorde con una Iglesia en salida, como la que propone el papa Francisco. Pero también hay ecos sociales contra tantas formas de hambre; así como espirituales: una experiencia de intimidad con Dios que se hace accesible en el encuentro con los hermanos, en la comensalía y la comunión de bienes. De este modo, la vida de Santo Domingo y su obra mayor, la fundación de una orden mendicante (coetánea a la fundación de los franciscanos) dedicada a la pastoral, al servicio de la Palabra, se convierte en una invitación para que trabajemos nuestra interioridad sin descuidar el compromiso solidario.

En Albacete la presencia dominica tuvo su principal referencia en el convento de Santo Domingo en Chinchilla, fundación de finales del s. XIV, donde residió por un tiempo san Vicente Ferrer. También hubo allí un convento de dominicas, el de Santa Ana. Tal vez desde este centro la acción predicadora se expandiera por nuestras tierras, como lo muestran las poblaciones que tienen por patrona a la Virgen del Rosario, una advocación muy unida a la predicación dominica: Alatoz, Bonete, Férez, Hellín, Madrigueras, Minaya, Povedilla, Pozo Hondo, Pozuelo, Tiriez, Villapalacios, Villar de Chinchilla, también lo fue en su tiempo de Abengibre. Y es que el otro centro de presencia dominica fue Alcaraz, donde también hubo un convento de esta orden, fundado en 1415, así como otro de dominicas, el del Espíritu Santo, en la plaza mayor. Por otro lado, debemos constatar la presencia actual de las Dominicas de la Anunciata, con una labor educadora desde 1880 en la ciudad, desarrollada en sus colegios de la Virgen del Rosario (calle Salamanca) y San Francisco Coll (calle García Mas). También contamos como presencia dominica actual en Albacete el hecho de que el prior de la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo sea un sacerdote de nuestra diócesis, don Carmelo de Lara Ginés, párroco de Casas Ibáñez.

La huella de este gran santo en Albacete, también debemos registrarla en que sea el titular de dos parroquias, la de Reolid, y la de Santo Domingo de Guzmán, en los barrios de Hermanos Falcó y Universidad. Concretamente la de la ciudad se creó en 1975, con la construcción del barrio de Hermanos Falcó. Creemos que su dedicación a este santo se debió a la influencia de Chinchilla, hacia la que mira nuestra parroquia desde la carretera de Murcia. Pero más allá de los datos históricos, biográficos y documentales, la parroquia de Santo Domingo de Guzmán quiere recordar y hacer jubileo por su patrono por otros motivos que también forman parte del presente y el futuro de estas comunidades de vida, trabajo y relaciones que son nuestros barrios. Concretamente, con el espíritu evangélico y evangelizador de nuestro santo patrono, quisiéramos hacer presente el mensaje de Jesús en esta parte de la ciudad siendo activos, participando en las circunstancias que más preocupan a nuestros vecinos, el trabajo, la educación de sus hijos y, en el caso de Hermanos Falcó, la mejora de las viviendas, accediendo por una vez a las ayudas de mejora que vienen desde Europa y que no acaban de aterrizar en esta zona con viviendas tan deterioradas. Tal vez sea esta nuestra mejor manera de comunicar que el espíritu del santo que vendió sus libros para socorrer a los pobres sigue vivo. 

Tras el Triduo celebrado esta semana hoy, domingo 8 de agosto, a las 12 horas se celebrará en la parroquia una misa en honor al santo y después se tendrá una procesión, al final de la cual, se compartirá una paloma. Durante los meses de septiembre y octubre serán organizadas algunas conferencias sobre la realidad dominica y la parroquia de Santo Domingo, para, posteriormente, clausurar este año de jubileo con la misa del domingo 9 de enero. En esta mesa tenéis cabida.