Julián Gayarre: 'Senza rivali, le Roi du chant'

Antonio Soria
-

El 9 de enero de 1844 vino al mundo Sebastián Julián Gayarre Garjón, en la localidad navarra de Roncal

Interior del Teatro Gayarre (Pamplona).

Fácil de novelar, la biografía de Gayarre, que para conocer en profundidad arriba pueden encontrarse un par referencias bibliográficas, presenta la evolución y reconocimiento del talento en estado puro, viajando con el capital de su voz de su Navarra profunda a los más importantes coliseos del mundo lírico.
A los trece años, finalizada apenas la escuela elemental, tuvo que ganarse la vida como pastor, y a los quince su padre lo manda a Pamplona para trabajar como dependiente en un pequeño establecimiento. Su primer contacto con la música le supone ser despedido de este empleo, cuyo puesto abandonó para seguir a una banda de música que pasó desfilando por delante de la tienda. De regreso a su pueblo, trabajó en una forja y a los dieciocho años regresó a Pamplona para instalarse como herrero. Allí tenía por costumbre cantar mientras trabajaba, y su voz no pasó desapercibida, apuntándose al recién creado Orfeón Pamplonés que dirigía Joaquín Maya, quien lo fichó como primer tenor al escuchar su voz. Así entró en contacto con el solfeo, estudiando el método de Hilarión Eslava, maestro navarro de Burlada, quien le ayudó a marchar al Conservatorio de Madrid como becario, donde ganó el segundo premio de canto en 1868. Con veinticinco años y tras ser rechazado por el maestro Gaztambide, regresó fracasado a Pamplona.

(MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA Y EN LA APP DE LA TRIBUNA DE ALBACETE)