Un domingo de noviembre y las 12 de la mañana no son ni el día ni la hora más normales para un festejo taurino, pero en este tiempo de pandemia fueron, y todavía son, muchas cosas anormales. Como que la Institución Benéfica del Sagrado Corazón, que día tras día y mes tras meses, desde hace muchos años, realiza una importante labor social con las personas más desamparadas tuviera que duplicar, como mínimo, su esfuerzo para poder seguir prestando ese impagable servicio. Tampoco fue normal, en los meses más duros del coronavirus, que los integrantes del mundo taurino, bajo el paraguas del Ministerio de Cultura, quedasen a la intemperie cuando más arreciaba la tormenta y sufriesen un trato discriminatorio respecto a otros sectores culturales.
Este domingo, a las 12 horas, los del esfuerzo y los ninguneados irán de la mano en la plaza de toros para recuperar, tras la obligada ausencia de 2020 por el Covid-19, el Festival del Cotolengo. Los de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón lo hacen con el agradecimiento al mundo taurino por su acto generoso para conseguir fondos con los que ayudar a su gran trabajo que realizan a diario, mientras que los toreros y ganaderos sólo esperan brindar una gran mañana de toros a aficionados y público y, por supuesto, que su participación desinteresada, en la que tienen mucho más que perder que ganar, se vea respaldada por los albacetenses.
Dentro de esta anormalidad, consigamos, entre todos, que el resultado económico del Festival del Cotolengo sea anormalmente positivo. Está en nuestras manos.