Durante tres días seguidos, la borrasca ‘Gloria’ trajo de cabeza a media provincia, con cortes de tráfico, núcleos de población aislados y algún susto serio como el derrumbe de Alcalá del Júcar. Pero hubo un grupo de personas que, cuanto más arreciaba el temporal, más les crecía la sonrisa: los agricultores.

El motivo de su sonrisa es que enero es una etapa crucial para la siembra y la preparación de los cultivos de primavera. En esta época del año, lo que más conviene es que llueva varios días, seguido, lentamente y, si es posible, que también nieve y las capas inferiores del suelo se llenen bien de humedad.

«Y eso es precisamente lo que ha pasado con esta tormenta», afirmaba ayer el presidente de Asaja-Albacete, Jorge Navarro, «así que, al menos en esta parte de España, ‘Gloria’ ha sido eso, gloria bendita para el cereal de secano, las leguminosas, la colza y para el ajo, tanto el blanco como el morado».

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